El CES afirma que la economía regional crecerá este año con "más dinamismo" que en 2023
Según los Indicadores de Coyuntura Económica y Laboral de diciembre de 2024, publicados por el CES, la expansión productiva y laboral en España se extiende a la Región de Murcia. Las instituciones que estudian la coyuntura económica regional convergen en que la economía crece con solidez y más dinamismo que en 2023. En el tercer trimestre de 2024, AIReF avanza que la economía murciana crece un 3,2% sobre el mismo periodo del año anterior, dos décimas menos que la española. La revisión al alza del PIB regional para 2024 está presente en los informes más recientes de los centros de estudios. Las previsiones más optimistas son las de BBVA Research y CEPREDE, ambas concretadas en un 3,4%. La más reciente, de Hispalink, anuncia un 3,1%. A unas décimas se sitúan CaixaBank Research (2,7%) y el Gobierno regional (2,8%). Estas tasas, relacionadas con la recientísima estimación del INE sobre la variación del PIB en 2023, de un 2%, coinciden al revelar una notable aceleración de la economía murciana en 2024.
A la mejora de la economía regional contribuye la agricultura, sector sobre el que los indicadores de coyuntura apuntan el crecimiento de las producciones agrícolas, sostenido en las principales variedades hortícolas y en los frutales no cítricos, aunque las de secano se siguen resintiendo de la sequía, al que se une el subsector ganadero por el aumento de los sacrificios en porcino, pues se retraen en las otras especies relevantes. Los indicadores laborales corroboran el incremento en volumen de la actividad agraria. Si a lo expuesto se añade que descienden los precios percibidos por los agricultores pero menos que los pagados por los insumos, el efecto puede ser la subida de la renta nominal agraria.
La industria despunta de forma relevante, sobre todo en comparación con el flojo ejercicio precedente. El empleo se mantiene, mientras que los datos de actividad productiva tienden a reflejar cierta pujanza. En particular el IPI, sostenido por los bienes intermedios y de equipo, mientras que, por ramas productivas, sobresalen industria química, captación, depuración y distribución de agua, fabricación de vehículos y otro material de transporte así como las ramas relacionadas con el textil.
La construcción tiende a estacionarse. El empleo sectorial experimenta un significativo debilitamiento según la EPA, mientras que la afiliación laboral crece, si bien ralentizada. Los indicadores de producción también flojean. Continúa decreciendo la licitación de obra pública, mientras que la edificación residencial, con una trayectoria oscilante, trasluce un nuevo receso anual en la cifra de viviendas iniciadas, en contraste con el dinamismo en la recuperación de la compraventa de viviendas. Repuntan levemente los costes de producción, sobre todo por la mano de obra, ya que el del consumo de materiales permanece estable. El precio de la vivienda acelera su tendencia alcista, de forma más acusada en la vivienda usada.
En lo que concierne al sector de los servicios, los indicadores de coyuntura denotan una expansión robusta. El empleo, en un periodo estacionalmente favorable, consolida su progresión. Las cifras de actividad productiva en general también transmiten esta sensación. Esto se percibe en cuanto a la evolución de los servicios de mercado en su conjunto, así como, de forma más desglosada, en la ocupación hotelera —menos evidente en la extrahotelera—, en cierta medida en el comercio minorista —su impulso actual no permite aún compensar el deterioro de ejercicios anteriores— y en el transporte de mercancías por carretera.
La demanda interna regional se muestra activa por el lado del gasto de los hogares, como se deduce indirectamente de las ventas minoristas o de la cifra de matriculación de turismos, así como del IPI de bienes de consumo, que, aunque sus valores medios se contraen, lo hacen de forma menos categórica. En cuanto a los indicadores de inversión, persiste la tendencia creciente en los IPI de bienes de equipo e intermedios y, de forma menos concluyente, en el grado medio de utilización de la capacidad productiva en bienes intermedios, el nivel de la cartera de pedidos y la matriculación de vehículos industriales.
El sector exterior contribuye al crecimiento de la economía regional con una actividad exportadora que se dinamiza levemente en euros corrientes y cierta relevancia en términos de volumen, mientras se estabilizan las importaciones.
La suave expansión nominal de las ventas exteriores proviene sobre todo de los productos de origen agrario, frescos o transformados (excepto grasas vegetales), y también de los químicos, textiles, metales comunes y maquinaria y aparatos mecánicos; en cambio, se frenan los plásticos y bajan aparatos eléctricos, calzado, muebles y artículos de piel, entre otros. Por países, destacan los importantes aumentos de las exportaciones a Marruecos y Portugal, siendo moderados los de Francia, Italia y Reino Unido, pero retroceden las dirigidas a Alemania, Países Bajos, Estados Unidos, China y Japón.
La inflación sigue contenida, aunque escala unas décimas. Tras anotar un 1,1% en septiembre y un 1,5% en octubre, el IPC se alza hasta un 2,2% en noviembre, dos décimas menos que en España. En cuanto a la tasa regional de la inflación subyacente, la más reciente es de un 2,5%. La luz, por la influencia de las subidas en el gas natural y los derechos de emisión de dióxido de carbono, condiciona el IPC regional hasta tal punto que el grupo más inflacionista es Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (8,1%). Sigue preocupando el aumento en Restaurantes y hoteles (4,3%), sobre todo por los servicios de alojamiento. A pesar de la reversión de tipos impositivos en el IVA, los precios alimentarios se templan, bajando incluso en rúbricas emblemáticas como los productos hortofrutícolas en fresco, así como en frutas en conserva y frutos secos. El índice regional mengua en Vestido y calzado (−1,6%) y Transporte (−0,7%), en este último grupo por la evolución interanual en carburantes y combustibles.
Los costes laborales crecen más en el tercer trimestre que en la primera mitad de 2024. El coste laboral mensual por trabajador, que se estima en 2.730 euros, aumenta un 6,7% en un año, mientras que su equivalente salarial se eleva dos décimas más. Cuando ambos costes se miden por hora efectiva, las tasas interanuales de variación superan el 8%. Son incrementos de mayor intensidad que los del IPC regional, lo que redunda en la mejora del poder de compra de los trabajadores asalariados murcianos.
La negociación colectiva se comporta de forma más discreta, ya que el aumento salarial pactado con efectos económicos en 2024 en los convenios cuyo ámbito territorial es la Región de Murcia se queda en un 2,94% entre septiembre y noviembre, incluso por debajo del 3% que contempla el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva. La duración de la jornada de trabajo va en receso, al marcar 116 horas efectivas mensuales por trabajador, el dato más bajo desde la pandemia.
En el ámbito de las cuentas públicas de la CARM, el déficit no financiero de su presupuesto consolidado en septiembre de 2024 es de 187 millones de euros, un −0,44% del PIB regional. Aquel dato comporta una importante disminución respecto a los mil millones resultantes en junio. Tal contracción obedece al acentuado incremento interanual de los ingresos no financieros (16,3%), que esencialmente se debe a la recaudación tributaria, al desigual ritmo de las entregas a cuenta y al menor ascenso de los gastos no financieros (7,5%). Aquella caída se traslada al déficit en términos de contabilidad nacional, que computa 188 millones, un −0,45% del PIB murciano, cuando, un año atrás, se elevaba a 450 millones. Esto no impide que la CARM, junto a la Comunidad Valenciana, sean las únicas deficitarias, cuando las quince restantes generan superávit. La deuda pública de la CARM suma 12.800 millones en el tercer trimestre. Aunque por debajo del montante anterior, aumenta un 8,1% en un año, mil millones más en términos absolutos. Este endeudamiento representa un 30,7% del PIB de la Región de Murcia, sólo inferior al de la Comunidad Valenciana (40,4%).
El mercado de trabajo sigue mostrando señales de bonanza, con el empleo al alza y el paro a la baja. La EPA estima que, en el tercer trimestre de 2024, la población activa de la Región de Murcia asciende a 787.800 personas y la ocupada, a 693.700, ambas cifras las máximas de la serie histórica. Crece el empleo femenino, que supera las 300.000 ejercientes por segunda vez consecutiva, mientras que, por cohortes de edad, se mantiene a la cabeza la de 45 a 54 años. La participación de la población extranjera en la ocupación regional equivale a un 16,5%, tras aumentar con robustez en un año. Se observa una regresión del empleo autónomo, mientras que, en la expansión del empleo por cuenta ajena, destaca su intensidad en el sector público.
Deja de bajar el empleo temporal, una vez que se consolidan los efectos de la reforma laboral más reciente, a la vez que continúa generando empleo estable. En el de naturaleza fija discontinua, se detectan oscilaciones dentro de una tendencia alcista a largo plazo, estimándose en 62.400 integrantes, mientras que el de perfil permanente evoluciona con más brío. La tasa de temporalidad laboral, estimada en un 19,1%, tiende a estabilizarse. El empleo a tiempo completo concentra casi totalmente el aumento del empleo agregado regional. La población parada murciana se estima en 94.100 personas, mayoritariamente hombres en este trimestre por el gran descenso interanual del desempleo femenino, mientras que la tasa de paro total se desliza a un 12%. Se acorta la brecha de género, pues la tasa de las mujeres se retrae hasta un 12,6%, mientras que la de los hombres repunta al 11,4%. El impacto del desempleo juvenil es mayor, pues afecta a casi una cuarta parte (24,3%) de la población activa regional de entre 16 y 24 años y a un 18,1% cuando la edad límite se extiende a los 34 años. La tasa de paro de la población extranjera se eleva a un 16,7%. El paro de larga duración declina nuevamente, abarcando en torno a un tercio del desempleo regional.
Los datos de la Tesorería General de la Seguridad Social sobre afiliación en alta laboral corroboran la creación de empleo en la economía murciana, después de un punto de inflexión en septiembre, con 655.500 cotizantes en octubre y 661.600 en noviembre. Desde enero, el aumento interanual es de un 3,4%, un punto más que en igual periodo de 2023. El Régimen General sostiene el auge, a la vez que se aprecia un impulso a corto plazo del Sistema Especial Agrario por cuenta ajena.
La Región de Murcia regresa a niveles de paro registrado por encima de las ochenta mil personas inscritas en octubre y noviembre, prolongando una senda descendente que se suaviza desde tasas en el entorno del -9% en los primeros meses de 2024 a otras unos tres puntos inferiores en los más recientes. Esta reducción, relacionada con la trayectoria interanual al alza de la cuantía de perceptores de prestaciones por desempleo, aunque, por razones estacionales, las 60.809 registradas en octubre rebajan la cuantía de agosto, ocasionan un significado incremento de la tasa bruta de cobertura por desempleo, más de siete puntos porcentuales en un año, que llega a un 73,9%.
La contratación laboral evoluciona de forma más pausada una vez que se han asimilado los cambios introducidos por el RDL 32/2021, ya desde mediados de 2023 con la tasa de temporalidad de la contratación laboral anclada en el rango 43-45%, prácticamente la mitad que antes de la reforma laboral. En 2024, a falta sólo de la estadística de diciembre, se observa que las disminuciones interanuales son moderadas, atribuibles en gran medida a las circunstancias de la actividad económica, incluso con una caída de los contratos indefinidos superior a la de los temporales, aquella localizada sobre todo en los fijos discontinuos.
En materia de regulación de empleo, poco más de 110 personas afiliadas en alta laboral permanecen dentro de un ERTE en la Región de Murcia en los últimos meses. En cuanto a la cifra total acumulada de trabajadores incluidos en un expediente, asciende a 1.497 en los nueve primeros meses de 2024, de los que 612 se ven afectados por un despido colectivo, más que el año pasado. Los despidos colectivos experimentan un fuerte aumento y también los individuales, tanto los que se resuelven mediante actos de conciliación como en sede judicial. Un incremento de la conflictividad laboral acusado presente a su vez en otro tipo de conflictos (reclamaciones de cantidad, 12 sanciones, etc.). No, en cambio, en la actividad huelguística, con cifras ínfimas de participantes y jornadas perdidas, casi irrelevantes en relación con las correspondientes nacionales.
Los accidentes laborales descienden con levedad entre enero y octubre de 2024. La cifra acumulada de aquellos con baja en jornada de trabajo es de 16.094, un 1% menos que en el mismo periodo de 2023. De esta cantidad, constan 60 accidentes graves y 16 mortales, cifras inferiores a las del año anterior. El retroceso es más relevante en términos homogéneos, relacionados con el nivel de empleo. El cálculo del índice de incidencia arroja 2.550 accidentes laborales por cada 100.000 trabajadores afiliados a la Seguridad Social con las contingencias cubiertas, menos que en 2023 (−3,6%), 2022 (−4,6%) y 2019 (−5%). En el último año, las caídas sectoriales son de una intensidad semejante (unas décimas más del -3%) salvo en la agricultura, que apenas rebasa el punto porcentual.
Como ocurre desde 2021, en el último boletín de coyuntura de cada año se incluye un anexo que analiza las primeras estimaciones de crecimiento económico en las comunidades autónomas del año inmediatamente anterior, 2023 en esta ocasión, recogidas en la Contabilidad Regional de España (INE).
Según esta estadística, el PIB de la economía murciana crece en volumen un 2%, cuando España anota un 2,7%. El cálculo de las tasas medias anuales para el periodo 2019-2023 revela que se completa la recuperación de la pandemia en todas las comunidades autónomas, menos en Extremadura, con la Región de Murcia y España coincidiendo en la misma tasa (0,9%). Aumenta en 2023 el VAB del sector primario (2,3%), pero recuperando apenas una pequeña parte de lo perdido en 2022, mientras que la pujanza es reseñable en las actividades relacionadas con el ocio y la cultura, las telecomunicaciones y el sector público. En cuanto a los indicadores laborales, el nivel de 2019 se alcanza no sólo en el número de empleos, sino también en el de horas totales trabajadas. El PIB por habitante en la Región de Murcia equivale a 25.887 euros, un 16,4% por debajo del español y sólo por delante del de Castilla-La Mancha, Canarias, Extremadura y Andalucía. El valor de este indicador en la Región de Murcia, aun rebasando el nivel de 2019 en términos monetarios y cuando se actualiza por el IPC, no lo hace en términos reales.