La sostenibilidad y búsqueda de fuentes de energías alternativas es un camino que atañe a todos. Ciudadanos y Administración se han puesto de acuerdo en que esta es la única vía posible para conseguir mejorar la salud del planeta. Así se aprecia en el aumento de las ayudas y subvenciones para instalar placas solares que están disponibles en España, si bien las condiciones varían en función de cada Comunidad, ya que tanto el Gobierno como las Autonomías tienen competencias para beneficiar a aquellos usuarios que deciden realizar una instalación de estas características.
Las ayudas que entrega el Estado por este motivo diferencia entre grandes y pequeñas empresas, Administraciones Públicas y particulares. En el caso de estos últimos, se financia hasta un 40 por ciento de los costes de la instalación y se sube hasta la mitad del presupuesto del proyecto si se trata de un sistema compartido. Es el programa aprobado por el Consejo de Ministros y que tiene validez entre 2021 y 2023, y para el cual se destinarán 1.320 millones de euros. Los habitantes de los municipios que tienen menos de 5.000 habitantes, además, obtendrán un 5% de descuento adicional.
Las Comunidades Autónomas y los municipios, por su parte, tienen competencia para ofrecer ayudas para quienes decidan instalar placas solares, y estas se encuentran contempladas en la reducción del coste de los impuestos del IBI y el ICIO, que es el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras. La bonificación sobre el IBI se sitúa en torno al 30 y 50 por ciento para un periodo que generalmente no es inferior a tres años, si bien estas condiciones cambian en función del municipio. Mientras que en Granada este descuento se aplica durante únicamente doce meses, en Castellón la cifra asciende hasta los diez años. El usuario encontrará esta bonificación en el recibo anual del Impuesto de Bienes e Inmuebles, cuyo precio medio en España es de 315 euros, por lo que un descuento del 50 por ciento durante tres años significa un ahorro de cerca de 500 euros.
Los descuentos aplicados en el ICIO, un impuesto que suele fijarse entre un 4 y 5 por ciento sobre el coste total de la obra, también cambian en función de la ciudad y pueden llegar cubrir la práctica totalidad del coste. Las administraciones premian así a los ciudadanos que deciden realizar una inversión que tendrá efectos beneficiosos tanto para él como para el resto de habitantes del municipio.
Rentabilidad garantizada
Este tipo de bonificaciones hacen que el precio de instalar placas solares sea ahora mucho menor que hace cinco años. Quien dispone de una instalación fotovoltaica en casa encuentra beneficios económicos (y medioambientales) desde el primer mes, ya que la factura de la luz se reduce de forma considerable. Las ayudas de la Administración permiten, además, reducir el tiempo de rentabilidad de esta inversión, que se ha ido reduciendo y se sitúa cerca de los cinco años. El coste de la instalación depende de las necesidades de cada vivienda; y la mejor elección es ponerse en manos de empresas especializadas que también conocen los procesos para solicitar las ayudas correspondientes.