Podemos llamarla de mil maneras: destreza digital, habilidad digital, conocimientos tecnológicos… La vemos enunciada de múltiples formas en los anuncios de trabajo que inundan las principales plataformas de búsqueda de empleo en España. Y lo extraño es que también aparecen en ofertas de trabajo que a priori no deberían requerir de conocimientos informáticos o tecnológicos.
La clave está en ese ‘a priori’. Cada vez son más los empleos que requieren de habilidades tecnológicas o digitales, aunque sea a un nivel básico. Pensemos en el reparto de comida, por ejemplo: una profesión que antes era obviamente analógica, pero para la que ahora hay que dominar aplicaciones como Glovo o Just Eat. Y este dominio digital también tiene que estar presente en el lado del restaurante para recibir, confirmar y gestionar los pedidos.
Ya tenemos dos o tres profesiones que antes eran analógicas y ahora ya no lo son. Reparto a domicilio, preparación de comida, servicio de mesas. ¡Y hay muchas más! La tecnología está cada vez más presente en todo tipo de trabajos, agilizando multitud de tareas que previamente tomaban mucho más tiempo y, nos guste o no, elevando un poco el listón de los requerimientos exigibles para el personal que debe desempeñarlas.
Los trabajos administrativos están especialmente digitalizados
Si el personal de reparto de un restaurante o de servicio de mesas debe contar con conocimientos digitales, este requerimiento es mucho mayor entre el personal administrativo de cualquier empresa. Ya no se trata simplemente de utilizar la suite de Office, sino que deberemos familiarizarnos con muchas otras herramientas esenciales para el trabajo de oficina en el siglo XXI.
Entre estas herramientas destacan las plataformas de trabajo en línea: desde servicios de almacenamiento en la nube hasta aplicaciones de videoconferencia, herramientas de trabajo colectivo como Microsoft Teams o Trello, y toda una serie de sistemas de organización de flujos de trabajo. En algunos casos se trata de aplicaciones propietarias, así que lo que se exige no es su conocimiento previo, sino una habilidad digital general para dominarlas rápidamente.
Mención aparte merecen las aplicaciones de ciberseguridad como las VPN o las herramientas anti-malware. Aunque algunas oficinas disponen de un router con VPN integrado, en otros casos se espera que los trabajadores y trabajadoras hagan uso de la VPN como parte habitual de sus tareas, por ejemplo cambiando de IP para poder acceder a determinadas plataformas, o activando ciertos protocolos de cifrado para aumentar la seguridad digital.
¿Qué habilidades digitales buscan las empresas?
Aunque el conjunto de habilidades tecnológicas que busca cada empresa puede variar –y también varían en función del puesto de trabajo que nos interese–, hay algunas habilidades básicas que nos conviene aprender si queremos contar con más posibilidades de conseguir ese trabajo que tanto nos interesa. Algunas de ellas son:
- Aplicaciones de ofimática y diseño. La gran mayoría de trabajos administrativos requieren de un dominio completo de la suite de Office. Como mínimo tendrás que saber usar con fluidez el Word, Excel y el PowerPoint. En otros trabajos se requiere además el dominio de diversas aplicaciones de la suite de Adobe.
- Sistemas operativos. Las empresas que trabajan con dispositivos Windows y macOS valorarán especialmente a los usuarios que sean capaces de gestionar ambos con fluidez. Además, también se espera que puedas utilizar todo tipo de smartphones, tanto Android como iOS.
- Seguridad digital. La seguridad digital es cada vez más importante para las empresas, y no depende únicamente de los técnicos informáticos. Cada vez es más relevante que todo el personal tenga formación en técnicas de detección del phishing y, por supuesto, que sepan cuidar de cualquier dispositivo que tengan en sus manos.
La habilidad digital es incluso esencial para encontrar ofertas de trabajo
Hay otro factor que estamos pasando por alto, y es el hecho de que las plataformas de búsqueda de trabajo en sí mismas requieren de conocimientos digitales para poder usarlas. Está claro que ya no utilizamos la sección de clasificados del diario para encontrar un empleo, y, en lugar de esto, nos registramos en portales online donde podemos navegar entre miles de ofertas con un 'feed' personalizado a nuestras propias habilidades.
Para esto tenemos que saber utilizar un correo electrónico, verificar nuestra cuenta con un número de teléfono, introducir nuestro historial laboral a través de un formulario online, instalar una aplicación en nuestro smartphone… Todas estas son habilidades digitales que establecen un umbral mínimo de destreza tecnológica para poder optar siquiera a un puesto de trabajo, con independencia de cuál se trate.