Para conseguir mantener unida y en armonía a la familia es preciso definir y compartir unos valores que cada uno de sus miembros vive y transmite con convencimiento. Para poder definir estos valores es preciso elaborar el Protocolo de Familia y popularizar su conocimiento entre los familiares afectados.
Lo ideal es celebrar tres o cuatro reuniones generales al año de todo el grupo familiar en el Consejo de Familia, así como las que fuesen necesarias colaterales, en grupos más reducidos, para facilitar la solución de las discrepancias y facilitar el consenso en las posteriores reuniones generales.
Es vital el compromiso de todos y de cada uno de los miembros de la familia de mantener en las reuniones del Consejo de Familia una actitud de diálogo, con extrema amabilidad en las discusiones y negociaciones, demostrando una verdadera voluntad de consenso y con una rigurosa discreción, fuera del citado foro, de lo hablado durante la reunión.
Para conseguir que las reuniones transcurran de manera agradable en sus formas, y resulten intensas y profundas en su fondo, sugiero que se forme a los miembros de la familia en 15 asignaturas básicas:
- Las técnicas de comunicación
- Las técnicas de conducción de reuniones
- Las técnicas de dinámicas de grupos
- La ley de sociedades anónimas
- Las bases de la cultura empresarial
- Las bases de la macroeconomía
- Crear una red de emociones positivas
- Establecer y mantener canales y procesos de comunicación
- Concretar el código de conducta
- Ser el foro donde se dedican energías a la comunicación
- Planificar la educación
- Crear la arquitectura de la organización
- Resolver los conflictos
- Conseguir un tipo de familia cohesionada y aglutinada
- Resolver con finura y eficacia la sucesión del líder de la familia