Vivimos en unos tiempos en los que la globalización comercial es, sin duda alguna, el eje conductor de las transacciones comerciales en los principales mercados internacionales, y en un sector como el de las frutas y hortalizas, los operadores tenemos que enfrentarnos a una feroz competencia comercial que no es nada fácil.
España tiene un enorme potencial hortofrutícola avalado por su calidad y seguridad alimentaria pero tenemos que ser plenamente conscientes de que los productores de los denominados países terceros, es decir, Egipto, Marruecos, Turquía, Jordania, Sudáfrica, etcétera, están compitiendo con muchísima fuerza en los mercados internacional, teniendo la enorme ventaja de unos costes de producción ínfimos. Ese es, a nuestro juicio, el gran caballo de batalla que tenemos actualmente, pues es muy difícil poder competir en el mercado si continuamos con unos costes productivos tan elevados.
A pesar de todo lo expuesto anteriormente, tenemos que reconocer que seguimos luchando y compitiendo en el mercado, vendiendo todos los días frutas y hortalizas, pero también hay que reconocer que estos países están creciendo y ganando posición comercial en el mercado. Es un hecho que nos preocupa y nos hace reflexiones sobre las estrategias comerciales que debemos seguir para conseguir mejorar nuestro liderazgo comercial.
En mi humilde opinión, los “actores” del mundo agroalimentario tenemos que seguir trabajando en el capítulo de potenciar el marketing, la promoción, la imagen de marca y, la comunicación, pues son herramientas fundamentales para hacer más competitivo nuestro negocio. Pero, también debemos seguir haciendo especial hincapié en intensificar nuestros esfuerzos en la Investigación y el Desarrollo, que es una gran asignatura pendiente en el mundo empresarial. Y, al mismo tiempo, no debemos olvidarnos de la internacionalización y seguir apostando por la apertura de nuevos mercados de exportación, estableciendo canales de distribución sólido y diversificando la actividad comercial de nuestro negocio.
Es evidente, que si queremos ser competitivos y no quedarnos por detrás de nuestros competidores, tenemos que trabajar y poner en marcha nuevas estrategias empresariales, que nos ayuden a ser mucho más competitivos.