domingo. 22.12.2024

Implantando el teletrabajo a marchas forzadas

Las cosas cambian. Nada es estático y ninguna fórmula resulta perenne. A veces, el curso de la historia o los acontecimientos hacen que el cambio se haga de forma abrupta para adaptarse a los cambios y esto no tiene porqué ser negativo.

 

Hace ya bastante tiempo que las empresas tratan de adaptarse a las necesidades de los profesionales. Hace unos días, os hablaba de cómo un estudio determinaba que para los Millenials los atributos emocionales y funcionales son importantes.

 

Así que, desde hace algún tiempo, las empresas tratan de adecuar los horarios y los beneficios para atraer a los talentos jóvenes. Uno de los valores en alza era implementar el teletrabajo o homeworking para poder conciliar el ámbito personal, que permita si así lo deseas, vivir en el campo alejado de tu puesto de trabajo habitual. Porque un sueldo ya no es lo único que importa si quieres motivar con éxito a tu equipo.

 

Pero no es fácil. Para una sociedad en la que estamos acostumbrados a una jerarquía y a un horario rígido este cambio no resulta fácil. Debemos aprender a hacerlo bidireccionalmente: los líderes deben ser capaces de conceder confianza y de motivar a su equipo para que se sientan parte del equipo y del proyecto. De generar entusiasmo y de guiar para conseguir sacar lo mejor de cada uno.

 

Los profesionales, por su parte, deben ser capaces de organizar su tiempo. De ordenar su cabeza y de marcar prioridades. Deben estar preparados para promover un buen ambiente de trabajo y cultivar a distancia la relación con sus compañeros de equipo. Deben ganarse la confianza de la empresa aún estando lejos y, por tanto, deben poner especial atención en sus habilidades comunicativas.

 

Y así, de sopetón, nos llega una pandemia y en un abrir y cerrar de ojos un microorganismo nos obliga a trabajar desde casa a todos, a todas las empresas y profesionales estuviéramos preparados para ello o no.

 

Pese a las dificultades de los primeros días, estoy seguro que el Covid-19 nos dejará lecciones de organización profesional que nos servirán para avanzar.

 

¡Hasta pronto!

Implantando el teletrabajo a marchas forzadas