Todos hemos oído alguna vez aquella expresión típica de la gente mayor “¡es que los jóvenes ya no respetan nada!”. Cada vez que la oigo no puedo evitar sonreír porque los griegos ya tenían esa impresión: … «Los jóvenes de hoy aman el lujo, tienen manías y desprecian la autoridad. Responden a sus padres, cruzan las piernas y tiranizan a sus maestros» Socrates (Atenas, c.469 a. C. - 399 a. C). ¡Imagínense! Los jóvenes griegos del año s.V aC ya eran para los sabios unos rebeldes con extrañas ideas en la cabeza.
En la actualidad sobrepaso los 60 años. Llevo más de 40 ejerciendo profesionalmente en distintos ámbitos, pero siempre relacionados con el mundo de la empresa y de la gestión de las personas y estoy convencido que, generación tras generación cometemos los mismos errores: uno de ellos es tener un pánico escénico a los cambios y a las nuevas ideas.
Tal como hace unas semanas comenté en un artículo acerca de los equipos multigeneracionales, en el futuro las empresas deberán convivir con profesionales con un abanico muy amplio de edades. Esto conlleva a un cambio de mentalidad y a cultivar cada uno (independientemente de su edad) una actitud positiva y un entrenamiento de las habilidades sociales que nos permitan ser empáticos y comunicarnos con éxito con nuestro entorno.
¿Saben porque Marc Márquez es tan buen piloto? Porque creo que tiene una habilidad que le diferencia de los demás pilotos de primera fila. Marc es extremadamente sensible y eficaz en detectar qué le pasa a su moto a 300km/hora y actuar en consecuencia.
Esto es aplicable al entorno profesional. Las personas de éxito, los grandes líderes, saben detectar con precisión las necesidades de la persona que tienen delante y a actuar en consecuencia. Inviertan tiempo y esfuerzos en entrenar esta habilidad y les garantizo un éxito a corto plazo con su jefe, su compañera de trabajo, su pareja o sus hijos.