Una semana más, las Bolsas americanas se han comportado mejor que las europeas y, a pesar de ciertos amagos de recorte en las sesiones iniciales de la semana, ha habido que esperar la úlltima sesión de la semana, el viernes, para ver un cierre negativo en los tres principales índices americanos (S&P, Dow, Nasdaq), si bien con caídas realmente suaves.
En todo caso, en unos mercados acostumbrados a ver día tras días nuevos récords históricos en Wall Street, no deja de ser llamativo ver al Dow Jones y al S&P cerrar dos semanas seguidas en negativo, aunque las caídas sean, como decíamos, casi simbólicas.
Muy diferente es el caso de las Bolsas europeas. En la semana hemos visto recortes superiores al 1% en el Eurostoxx, el Dax alemán, el Cac francés y el Mib italiano y en las cuatro últimas semanas el Eurostoxx pierde el 1,6% mientras el Nasdaq gana el 2,3% y el S&P y el Dow suben un poco más de una décima. Parece evidente que las Bolsas europeas, que en la primera parte del año consiguieron tomar la delantera, se van quedando atrás, pese a que el consenso general les es favorable.
Es cierto que las métricas son mejores en las plazas europeas. El multiplicador de beneficios (PER) es más bajo, la rentabilidad por dividendos es más alta y el crecimiento en la zona euro parece estar acelerándose. Hay también mejores precios en las acciones europeas ya que, a pesar de los buenos datos anteriores, en lo que va de año el Eurostoxx sube menos de la mitad que el Dow Jones y menos de la tercera parte que el Nasdaq. Pero los inversores prefieren claramente apostar por la seguridad y la innovación de las empresas americanas en lugar de poner el dinero en las viejas o nuevas empresas europeas.
La pregunta es si esto va a seguir siendo así y es una pregunta importante porque, como decíamos la semana pasada solo podemos pensar en una caída fuerte de las Bolsas globales si las americanas, con el S&P a la cabeza, entran en fase bajista. Dicho de otra forma, si las Bolsas americanas entran en fase bajista, algo que ahora parece imposible, las europeas no podrán quedarse al margen.
El pequeño deterioro técnico de estos días vuelve a traernos a la cabeza la pregunta que nos hacíamos en el comentario de la semana pasada, y que sigue viva ¿estamos viendo los primeros ensayos de una corrección que puede ser bastante más fuerte? La respuesta sigue sin ser clara y está más en el mercado de bonos que en las Bolsas. En el S&P hemos visto las últimas dos semanas amagos de caídas intradiarias a lo largo de la sesión, en algunos casos cercanas al 1%, pero siempre ha habido, hasta ahora, remontada, de forma que el S&P lleva ya 53 sesiones sin un recorte superior al 0,6%, algo que no se veía desde 1.965.
Ahora bien, hay varios hechos destacables la semana pasada. El primero es la fuerte caída de los bonos de peor calidad (high yield) que estos últimos días han sufrido un auténtico vendaval de ventas, indicando que los inversores ya no son tan complacientes con el riesgo. El segundo es que el diferencial de tipos (spread) entre el bono a dos años y el bono a diez años del Tesoro americano sigue en mínimos de la última década, lo que indica o bien que vamos hacia una recesión si los tipos a largo siguen tan bajos o bien que estamos a las puertas de una corrección fuerte en los bonos largos, con subida de tipos de cierta consideración. Hay opiniones para todos los gustos. Un tercer hecho destacable es que los buenos resultados empresariales (de hecho Wal Mart y Cisco impulsaron de forma espectacular la subida del S&P el jueves tras sus buenas cifras trimestrales) y la aprobación por el Congreso el pasado jueves de la reforma fiscal promovida por Trump, no han servido para que el S&P y el Dow eviten las pérdidas semanales, aunque sean ligeras.
Lo mismo podríamos decir del Dax alemán, que se ha visto favorecido por la compra del 3% del Deutsche Bank por el Fondo americano Cerberus, que ya tiene el 5% de Commerzbank, lo que ha alimentado la idea de una posible fusión y ha hecho subir al Deutsche Bank casi un 5% en la semana. Ese impulso y el de otros valores que se han comportado positivamente como Adidas o Volkswagen no ha podido compensar las caídas de E.ON y Siemens, entre otros, y el Dax ha perdido un 1% en la semana y prácticamente está plano en lo que va de mes tras haber iniciado noviembre con fortísimas subidas. Hay que añadir que el PIB alemán del tercer trimestre ha sido finalmente mejor de lo que se esperaba (0,8% de subida vs. 0,6% esperado) pero eso no ha animado al Dax igual que el PIB japonés del tercer trimestre publicado el miércoles pasado, que superó las previsiones al arrojar un crecimiento anualizado del 1,4% no impidió que el Nikkei bajase ese día el 1,5%.
En definitiva, parece haber cierto cansancio en los índices y a la vez mayor sensibilidad al riesgo por parte de los inversores, como se ha visto claramente en la ya mencionada caídade los bonos "high yield". Ambos factores han conducido a un deterioro técnico de los índices, deterioro que en el caso de los americanos es muy pequeño, por lo que es pronto para concluir que nos encontremos a las puertas de una corrección de mayor calado.
La semana de Acción de Gracias es tradicionalmente alcista para Wall Street y no solo eso sino que además suele dar la señal de salida para el "rally" navideño. Los inversores van estar muy atentos al discurso de Yellen el próximo martes en la Stern School de Nueva York, sobre todo después de que Yellen reiteró hace pocos días en Fráncfort en presencia de Draghi, Carney y Kuroda que la Fed esa considerando muy activamente subir tipos en diciembre. Los mercados de bonos no parecen de momento creerse que la subida de tipos vaya muy en serio. El bono del Tesoro (T bond) americano a diez años sigue anclado en el 2,34% y su equivalente alemán, el bund, en el 0,36%. La inflación tampoco despega. El pasado miércoles se publicó la americana de octubre que quedó en el 0,1%, es decir un 2% anualizado, bajando dos décimas respecto a septiembre. Igualmente se mantuvo la subyacente, que se mantiene por debajo del 2% aunque subió una décima respecto al mes anterior para situarse en el 1,8% anualizado.
La temporada de resultados, que ha dado más alegrías que disgustos, finaliza ya, aunque quedan algunos como los de Salesforce, y por tanto impulsos como los ya mencionados de Wal Mart o Cisco no son ya esperables. Pero entramos en la semana de Acción de Gracias, una semana tradicionalmente alcista y que además marca el inicio del "rally" navideño. Tras la festividad de Acción de Gracias el jueves veremos el "black friday" y luego, ya la próxima semana, el "cyber monday", eventos ambos que sirven para testar la fortaleza de los consumidores norteamericanos.
Asimismo hay PMIs e ISMs preliminares de noviembre tanto en la zona euro como en EEUU y habla Janet Yellen el martes en Nueva York, además de publicarse las actas de la última reunión de la Fed y los pedidos de bienes duraderos de octubre. Pero sobre todo los inversores van a estar muy atentos a los avatares de la tramitación de la reforma fiscal en el Senado americano, una tramitación que se antoja algo más complicada que la del Congreso dado el escaso margen de los republicanos en el Senado.
A pesar de que la estadística invita a pensar en una semana de Acción de Gracias alcista, vemos más bien una continuidad en la tónica de descensos suaves, o como mucho una semana básicamente estable, tanto en las Bolsas americanas como en las europeas, dada la falta de catalizadores, y a la vista del cansancio en los índices líderes y de la mayor percepción del riesgo por parte de los inversores.