La urgencia de devolver la normalidad a todos los aspectos de nuestras vidas tras la crisis sanitaria del covid-19 (aún sin sofocar definitivamente) nos orienta como sociedad a empeñarnos en el trabajo para la recuperación económica. Pero no podemos olvidar que hay otra recomposición igualmente determinante, que es la emocional y en la que seguramente quede todavía un largo y complejo camino por transitar.
Que las familias puedan seguir disfrutando de un nivel aceptable de bienestar, que las empresas puedan seguir construyendo un tejido productivo sólido, que los emprendedores puedan disponer de materia prima para consumar sus sueños depende inevitablemente de la financiación. Es la clave que ha de conseguir que los edificios se mantengan en pie.
Con las entidades tradicionales sujetas a unos controles muy restrictivos respecto a la financiación, la Banca privada y la gestión financiera de capital privado aparecen como verdadero motor del impulso empresarial. En la actualidad, en Alemania supone casi el 50% de la financiación total de las empresas, está impulsando el desarrollo y cubriendo las necesidades más perentorias para el crecimiento.
Quienes acumulamos casi dos décadas de experiencia como gestores e intermediarios financieros somos plenamente conscientes de que esta herramienta, que podía ser contemplada en tiempos pretéritos como un último recurso, ahora es una más en el propósito de buscar el pulmón para los más diversos proyectos.
Desde DEXTER Global Finance creemos en España y creemos en nuestros promotores. Operamos en el conjunto de Europa y al otro lado del Atlántico en realidades que ciertamente nos entusiasman. Pero tenemos el entero convencimiento de que el aquí y el ahora es fundamental para llenar de músculo y energía sectores como, por ejemplo, el inmobiliario. Y qué duda cabe de que éste se encuentra y se va a encontrar en un momento dulce, de nuevo, en la costa mediterránea y en enclaves como la Región de Murcia.
En esta recta final de 2021 estamos contribuyendo, con tremenda satisfacción, a que en ciudades o en el litoral, en el residencial o en el comercial, se impulsen iniciativas en algunos casos de nueva impronta y, en otros, que como consecuencia de la pandemia habían quedado paralizadas y se han reanudado para ser culminadas.
El hecho de llevar a cabo la remontada económica depende de cada uno de nosotros. No es un eslogan: es la realidad. De nuestras actitudes, de nuestras ambiciones, de nuestras energías y nuestros equilibrios y nuestras fortalezas, de la predisposición a ser -más que nunca- especialmente positivos, constructivos. ¿Empezamos?