viernes. 26.04.2024

 

 


Durante el segundo trimestre del año la economía murciana mantuvo inalterada su velocidad de crucero, alcanzando tasas elevadas de crecimiento que cimientan las buenas perspectivas existentes. De este modo, se siguen revisando al alza las previsiones de crecimiento para el conjunto del año, que se sitúan en un intervalo similar al nacional, de entre el 2,3% y el 3,4%. Así, aunque no se encuentre la región latente de riesgos, a corto plazo no existe agotamiento alguno de su dinamismo.


Ahora bien, este positivo balance general no ha sido homogéneo en todos los sectores económicos:


- La escasez de recursos hídricos, agravada por la prohibición de realizar trasvases del Tajo, está poniendo en una situación muy difícil al sector agrícola regional, para el que se prevén notables mermas en algunas producciones de regadío como Espinacas, Pomelo, o Albaricoque. Tampoco remonta la pesca fresca desembarcada mientras las perspectivas ganaderas son más optimistas.


- La actividad industrial consolida en el segundo trimestre su senda expansiva (si bien a tasas ligeramente más contenidas que a comienzos de año) gracias al impulso otorgado por el componente energético y las actividades extractivas.

 

- La construcción sigue sin manifestar viveza puesto que la obra pública repite niveles irrisorios y la variable residencial no muestra variaciones positivas consolidadas.


- Servicios, vuelve a encumbrarse en el primer semestre de 2017, empujado por unos registros extraordinarios en turismo y la venta de vehículos. Por lo que respecta a los servicios financieros, se encamina a la normalización del sector combatiendo muchas de las importantes debilidades que manifestaba y apoyado aún por una política monetaria acomodaticia.


El dinamismo económico se está trasladando a sendas mejorías de la confianza empresarial y del mercado laboral. Este último completó un trimestre muy favorable, con una creación de empleo (+15.000 ocupados) más intensa de lo esperado incluso teniendo en cuenta la estacionalidad positiva de esta época del año, rebajando la tasa de paro (17,5%) a su mínimo nivel desde 2008 y donde el sector alimentario y la zona periurbana de Murcia se consolidan como los principales ejes impulsores.


Además, la marcada contención de los precios –salvo escaladas puntuales- y de los costes laborales y salariales, contribuyen a mejorar la competitividad de la economía regional, con una repercusión directa sobre el comercio exterior, que mantuvo su pujanza espoleado por un componente energético que dinamizó tanto las exportaciones como (sobre todo) las importaciones. De este modo se volvió a logar superávit comercial, aunque de una cuantía inferior a la de hace un año.


Peores noticias provienen del sector público, pues las corporaciones locales pusieron freno en 2016 al proceso de saneamiento de su deuda financiera, al tiempo que se hace muy improbable que la Comunidad Autónoma pueda alcanzar el objetivo de estabilidad presupuestaria: hasta mayo, el desfase entre ingresos y gastos alcanzaba los 184 millones, equivalentes al 0,6% del PIB, por lo que ya se rebasaba el límite de todo el año (0,4%).

CROEM prevé que la Región siga creciendo entre el 2,3% y el 3,4%