viernes. 22.11.2024

En los últimos años, las asambleas generales de CROEM se han convertido en toda una demostración de fuerza de cara a la sociedad y sobre todo a la clase política. Y a fe que este peso específico ha dado sus frutos, como demuestran las conquistas de los empresarios de un tiempo a esta parte, materializados en logros como la rebaja de Sucesiones o el tramo autonómico del IRPF, o la primera y la segunda leyes de simiplificación adminsitrativa, aunque estas se quedaron algo cojas por el juego de las mayorías y minorías en la Asamblea.

 

Por ello, a pocas horas del arranque de la campaña electoral que culminará el próximo 26-M con las elecciones municipales, autonómicas y europeas, cobraba si cabe mayor sentido que Albarracín, el aclamado líder de la clase empresarial murciana, recopilara todos sus apoyos (que cada vez son más) para dar un toque de atención a los candidatos y convertirse en el primer protagonista de la carrera electoral.

 

Albarracín, como siempre, fue exigente, apenas se detuvo en lo conquistado para poner el foco en la lista de tareas aún pendientes. Exigió más rebajas fiscales (nuevos recortes del IRPF y la supresión de Patrimonio), las siempre presentes infraestructuras, una mejor financiación, y se quejó especialmente de la completa ausencia del agua en los debates y en la campaña electoral. Los más de 500 empresarios presentes en la asamblea de la Patronal le interrumpieron cuando sacó el tema de la escasez de recursos hídricos y el Tajo-Segura ("Hay que blindarlo y sacarlo del debate polítoco. Es intocable"). Fue un aplauso casi unánime, pues, en las primeras filas, sólo la todavía presidenta de la Asamblea Regional, Rosa Peñalver, decidió no aplaudir.

 

El presidente de CROEM sacó pecho con la Variante de Camarillas. Mostró su preocupación por el frenazo a Portmán y subrayó que es "imprescindible" El Gorguel. Pidió que no se "criminalice" a los empresarios, y dijo, sobre la paralización del ARCA, que "los primeros interesados en la sostenibilidad y el medio ambiente somos los empresarios". Hizo un guiño a la UCAM, pidiendo para la Católica la calificación de declaración de Interés Público, y exigió las "mismas oportunidades" para las tres universidades. También hubo carantoña para los hospitales privados, que "deben ser incluidos dentro de la red pública".

 

 

Pidió paciencia y flexibilidad a las centrales sindicales, sobre todo en la aplicación del pacto recientemente aprobado en materia salarial. "Tenéis que entender la complejidad del mercado laboral", dijo a los representantes de CC OO y UGT. Y, sobre todo, mostró su satisfacción por la alianza recientemente alcanzada para integrar a los autónomos en el seno de la Patronal, lo que le confiere "más unidad y representatividad" a la CROEM. Tras este importante pacto, Albarracín pone ahora sus ojos en la economía social, y más concretamente en Ucomur y Amusal. Con los primeros ya negocia. Con los segundos, la puerta ya está abierta.

 

APUESTA POR LA FORMACIÓN. Gerardo Cuerva, presidente de Cepyme y vicepresidente nato de la CEOE, fue el encargado de representar a la Patronal nacional en la asamblea de Murcia. En su intervención, el granadino aseguró que "darle la espalda a la empresa es darle la espalda a la sociedad".

 

Cuerva apostó por la "empleabilidad y la formación" como motor de la nueva economía, y recordó que "en 2020 la falta de formación dejará sin cubrir medio millón de puestos de empleo en la UE". También pidió más atención a la pyme. "Si somos el 99,8% del tejido empresarial y generamos más del 75% del empleo, ¿por qué lso gobiernos no son sensibles a las pymes?", se preguntó.

CROEM saca músculo y luce su poderío en el pistoletazo de la campaña