Las empresas españolas de aceite y vino principalmente, pero también las de quesos, frutas y mariscos, tratan de sortear los efectos "devastadores" de los nuevos aranceles del 25 % impuestos hace hoy justo un mes por parte de EE.UU., y que afecta a exportaciones por valor de unos 731 millones de euros.
Algunos empresarios acumularon existencias en naves industriales antes de la subida arancelaria, los hay que repercuten parcialmente el precio en el consumidor, otros empiezan a ofrecer productos de terceros países y los hay que, como los aceiteros, van a trasladar el embotellamiento a EE.UU. para evitar la nueva tasa.
Según explica a Efe la directora ejecutiva de la Cámara de Comercio de España en Estados Unidos, Gemma Cortijo, "los aranceles impuestos por la Administración Trump afectan a productos muy populares en EE.UU. pero no dañan de una manera importante el comercio bilateral" puesto que representan un volumen del 5,72 % sobre el total de exportaciones a ese país.
Sin embargo, alerta: "Sí se espera que los nuevos aranceles tengan un efecto devastador sobre las empresas que se ven afectadas, ya que las subidas obligan a los importadores a inclinarse por productos provenientes de otros países, como es el caso del aceite o del vino".
De entrada hay que ver con detalle a qué productos afecta la nueva tasa y qué volumen de negocio representa. Por ejemplo, están afectados casi todos los quesos españoles, incluido el manchego, una exportación que el año pasado movió 87 millones de euros.
Un caso parecido es el de los mariscos, que mueve 84 millones de euros, mientras que la Cámara de Comercio calcula que el 23 % de las exportaciones de frutas a EE.UU. se ven afectadas, lo que representa 23 millones de euros de los 89 millones que facturó el año pasado en ese país.
La cosa va a más en el caso del vino, que la Administración Trump penaliza con un incremento del 25 % de aranceles cuando es exportado en recipientes o botellas de menos de dos litros y con una concentración de alcohol de menos del 14 %. En este caso, la afectación es del 54 % de los 321 millones que se exportan al mercado estadounidense, es decir, 174 millones de euros.
Aún peor es el caso del aceite, concretamente el de oliva en recipientes de menos de 18 kilogramos producido en España, puesto que EE.UU. es el principal país importador, lo que representa un 47 % de los 464 millones que mueve al año en ese país, es decir, 190 millones de euros. También se han penalizado las aceitunas de mesa, que ya llevan dos años de penurias por diversas cuestiones.
Este problema, que España comparte con Alemania, Francia y el Reino Unido a raíz del visto bueno de la Organización Mundial del Comercio por las ayudas a Airbus, ha puesto en guardia a muchas corporaciones, sobre todo del aceite, que se las ingenian para aguantar el tirón.
La imposición de los aranceles el pasado 18 de octubre por parte de Estados Unidos a productos provenientes de la UE se enmarca dentro la promesa electoral de la Administración Trump de reducir el déficit de la balanza de pagos con el resto del mundo (500.000 millones de dólares), el déficit más alto del mundo, casi cinco veces mayor que el Reino Unido.