España podría alcanzar el hito de las cero emisiones netas en 2045 y llegar a las emisiones negativas en 2050 a través de una inversión de 85.000 millones de euros al año en tecnologías verdes, subraya un estudio elaborado por la consultora McKinsey & Company.
Con todo ello, la inversión de capital en tecnologías verdes alcanzaría de forma acumulada los cerca de 2,5 billones de euros, que equivaldría al 6,2% del PIB promedio anual hasta 2050.
Según McKinsey, el escenario alternativo a través del que España podría lograr la descarbonización en 2045 tendría, además, un impacto directo y sustancial en la economía, sosteniendo más de 1,1 millones de puestos de trabajo en promedio hasta 2050, lo que supone 200.000 puestos más que en el escenario basado en las políticas de descarbonización actuales.
Mientras que la Unión Europea en su conjunto ha reducido sus emisiones un 28% entre 1990 y 2019, en España subieron aproximadamente un 9% en ese mismo período, debido en gran parte al crecimiento de la economía.
Esto pone a España en un punto de partida más desafiante que el resto de los países europeos, agrega el informe "España cero neto: el polo de descarbonización de Europa".
El transporte y la industria representan más del 65% de las emisiones netas en España, posicionándose como sectores clave para alcanzar la neutralidad climática en 2045.
Por ello, la electrificación, el hidrógeno verde y los biocombustibles serán las tres principales áreas de las que dependerá la transición energética en este horizonte, agrega.
En el caso del transporte, que produce casi un tercio de las emisiones en España, podría llegar a reducir sus emisiones un 50% para 2030 y un 100% para 2050 gracias a la adopción de los vehículos eléctricos y los biocombustibles.
La industria, que acapara otro tercio de las emisiones, podría lograr una reducción del 85% en 2050.
El escenario de McKinsey a 2050 estima una duplicación de la generación eléctrica, que hoy es responsable del 14% de las emisiones brutas. Este sector debería recibir entre un 15% y un 20% de la inversión para lograr una reducción del 100% de los gases de efecto invernadero para 2050.
Por último, el 15% restante de la inversión debería destinarse al sector de Edificios Residenciales y Comerciales, ya que se prevé que, con ello, podría alcanzar también la reducción del 100% de sus emisiones en este horizonte.
España cuenta con un claro compromiso desde el sector público y es el segundo país con mayores asignaciones de fondos de ayuda de la Unión Europea (más de 70.000 millones de euros).