España envía este jueves a Bruselas la actualización del programa de estabilidad, en el que se compromete a rebajar el déficit al 3% del PIB en 2024, un año antes de lo previsto en la anterior senda, con lo que cumpliría con las reglas fiscales europeas que volverán a estar vigentes el próximo año.
"Lo bonito y lo bueno de este dato de consolidación fiscal (es que se hace) sin practicar políticas de recorte, intentando ayudar a todos aquellos sectores que han tenido una peor situación y por tanto protegiendo a la mayoría social del país", ha destacado la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en los pasillos del Congreso.
Para este año, el Gobierno mantiene la reducción del déficit público al 3,9% del PIB, mientras que para 2025 calcula que se reducirá al 2,7% y para 2026, al 2,5%.
Montero ha achacado esta senda de reducción del déficit más favorable que la anterior a "la buena marcha" de la economía, con un crecimiento superior a la media de los países de la UE, y al dinamismo en la creación de empleo, con cifras récord de afiliación a la Seguridad Social.
Esta situación permite aprovechar "parte de los ingresos para acelerar ese proceso de consolidación fiscal" y además hacerlo "justo antes de que se activen las reglas fiscales", ha señalado la ministra.
La Comisión Europea presentaba ayer su propuesta legislativa para la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento tras meses de negociaciones entre los Estados miembros a nivel político y cuatro años de suspensión primero por la pandemia y después por la guerra de Rusia en Ucrania.
Montero ha destacado que este debate se concretará "justamente" durante la presidencia española de la Unión Europea (UE).
Fuentes del Ministerio de Hacienda han destacado que el crecimiento económico y del empleo han permitido un aumento estructural de los ingresos, que en 2022 fue del 14,4%.