El nuevo director financiero de BBVA, Rafael Salinas, ha destacado que está percibiendo una reactivación clara en las principales economías en las que el grupo bancario está presente. Salinas ha subrayado que la facturación de crédito que se está observando está en niveles precrisis en las principales geografías, lo que da pie al optimismo.
También ha explicado que el negocio del banco funciona ya con una dinámica perfectamente normal y está ofreciendo a los clientes tanto nueva producción de crédito como las soluciones de refinanciación que mejor se adapten a sus necesidades.
“La única geografía donde todavía encontramos paquetes de apoyo es España, donde nos puede quedar alguna incertidumbre sobre qué ocurrirá cuando venzan los periodos de carencia, que se están alargando más bien a 2022. Pero en general el tono es mucho más positivo”, ha afirmado.
Según ha explicado, los flujos de mora están teniendo un comportamiento muy positivo, ha mejorado la tasa de ahorro de las familias y se han acelerado las tasas de repago en hipotecas.
Además, BBVA se encontraría en una situación de partida particularmente sólida, gracias a unos niveles de cobertura diferenciales, tanto a nivel grupo como en España (77% a nivel grupo, en torno a 10 puntos porcentuales por encima de la media de sus competidores europeos). Es por ello que el banco percibe que el coste de riesgo alcanzó ya su pico en 2020, y que este año cerrará en niveles mucho más bajos, de en torno a los 110 puntos básicos, frente a los 155 de 2020.
En cuanto a las palancas de la rentabilidad futura del sector, el director financiero de BBVA se ha mostrado convencido de que “las entidades vamos a estar mucho más focalizadas en la visión orgánica y de mejora de resultados tanto por ingresos como por parte de los gastos”.
Por el lado de los ingresos, Rafael Salinas ha señalado, además de la normalización del entorno de tipos de interés, el papel del sector en la recuperación, tanto a través de financiación como de la canalización de las nuevas inyecciones de apoyo a la economía (ligadas, por ejemplo, a los fondos NGEU).
En relación a los costes, “la transformación digital sigue siendo la clave de la búsqueda de eficiencia”, ha señalado, destacando que la continua mejora de la eficiencia ha sido siempre uno de los signos de identidad del grupo BBVA.
En este sentido, ha abogado por la búsqueda del equilibrio adecuado entre los canales digitales actualmente muy demandados por los clientes, con la red tradicional de oficinas. En el objetivo de recuperar la rentabilidad, el director financiero de BBVA no ha querido olvidar la gestión del capital, y ha afirmado que “el grueso de la mejora de solvencia de las entidades ya está realizado”.
Salinas ha recordado que la sostenibilidad es una prioridad estratégica en BBVA, en la que lleva trabajando varios años. “Es claramente una prioridad social que tenemos que incorporar todas las entidades”, ha afirmado.
Rafael Salinas ha comentado que BBVA ya trabaja en la integración de la sostenibilidad en los modelos operativos y en los procesos, potenciando el gobierno interno y teniendo en cuenta las tendencias regulatorias y supervisoras. “Estamos lanzando muchas iniciativas con el objetivo de garantizar que la sostenibilidad es un factor más que incorporamos de forma transversal en nuestras funciones”, tanto en el modelo de riesgos como en la gestión de las carteras o en el ámbito de la información pública, donde el eje ESG está ganando peso.