La consejera delegada de la empresa de telecomunicaciones Vodafone, Margherita Della Valle, dio a conocer este martes un "plan de acción" para mejorar el rendimiento del grupo, centrado en la simplicidad y la fiabilidad, y que incluirá el despido de 11.000 trabajadores en los próximos tres años.
La empresa, con una fuerza laboral de 90.000 personas en todo el mundo, pretende deshacerse de algo más del 12% de sus trabajadores, tras vislumbrar una caída de 1.500 millones de euros en flujo de efectivo este año.
Vodafone espera generar 3.300 millones de euros en efectivo en el presente año fiscal, que empezó el pasado 1 de abril, una caída frente a los 4.800 millones en el anterior ejercicio.
El plan, sobre el que se trabaja desde hace cinco meses, ha sido puesto en marcha después de que Della Valle asumiera las riendas del grupo el pasado enero. El objetivo del "plan de acción" es centrarse en las necesidades del cliente, la simplificación del negocio y el crecimiento.
Para llevar adelante el plan, Vodafone ha dispuesto la reducción de puestos de trabajo, tanto en su sede central como en mercados locales, un plan de reestructuración en Alemania y una revisión estratégica en España.
Della Valle mencionó a Alemania, donde el rendimiento es bajo, en parte por el alza de la inflación y los altos costes energéticos.
"Hay que volver a lo básico", dijo la directiva en una teleconferencia, y recalcó que lo que más piden los clientes es "simplicidad y fiabilidad" del servicio, por lo que Vodafone será una empresa más sencilla, aunque reconoció que no será "un arreglo rápido".
Los ingresos del grupo se vieron incrementados por el crecimiento en mercado de África y un aumento de las ventas de equipos, lo que permitió contrarrestar el menor ingreso registrado por servicios en Europa, especialmente en Alemania, y un tipo de cambio adverso.