El sector químico español prevé cerrar 2021 con un incremento de producción del 5%, el doble de sus estimaciones iniciales gracias al brío de la industria, aunque teme el impacto de los costes energéticos, según explica el director general de la patronal Feique, Juan Antonio Labat.
La intensa recuperación que están experimentando muchos sectores he hecho mejorar las perspectivas anunciadas en mayo por el sector químico, que en 2020 fue ya el que mejor capeó la covid-19 al registrar un decrecimiento del 0,4% frente, por ejemplo, la caída del 10,1% de la industria manufacturera.
Teniendo como base el crecimiento previsto para 2021, del 2,4% de la producción (que pasará al 5%) y el 10,2% de la exportación, Feique auguró entonces un incremento de la cifra de negocios del 7,1%, hasta alcanzar un resultado récord de 69.100 millones de euros.
"La recuperación ha sido más rápida de lo que esperábamos. Acabaremos el año con el 5% de incremento de la producción, el doble de lo que preveíamos. Nos preocupa mucho, sin embargo, la cuestión eléctrica y del gas", destaca el representante de la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique).
Labat subraya que la escalada del precio de la electricidad "está alertando a muchas empresas" del sector, dado que su dependencia del precio mayorista llega al 90% "y eso te saca del mercado". Pese a admitir que el problema afecta a toda Europa, señala que la industria española pierde competitividad especialmente en relación con China y Estados Unidos. "Ahora resistimos bien por la alta demanda internacional, pero cuando se regularice ya veremos", indica.
El precio eléctrico es uno de los factores que mayor peso tiene sobre la competitividad del sector químico, que ve debilidades tanto en el mercado mayorista, como en los costes regulados y los mecanismos de compensación.
Labat reclama, además, que se prohíba la entrada de "especuladores" en el mercado mayorista ante el impacto "terrible" que tiene este grupo en el precio de la electricidad. "Hace falta medidas para prohibir la entrada de los especuladores. Si no eres productor, no deberías poder entrar", apunta.
El director general de Feique advierte de que la industria, en el futuro, puede acabar por "salirse del mercado mayorista" y optar por generar su propia energía o firmar contratos bilaterales porque el mercado generalista "ahora es un mercado de negros".
"La industria básica, que es la que queremos recuperar para no quedarnos sin mascarillas o sin acero para fabricar bombonas de oxígeno y la que garantiza buenos sueldos y empleo, necesita que no sea tan caro producir, porque podría decidir irse", señala.
En el marco de los planes de recuperación, Feique está a la espera de ver cómo el Gobierno concreta cuál será el umbral máximo de financiación pública y qué parte será retornable o a fondo perdido, preocupada por la posibilidad de que no puedan tirar adelante proyectos de interés por falta de ayudas.
Al mismo tiempo, el sector pide un PERTE en 2022 para el hidrógeno verde, que aglutine el centenar largo de proyectos presentados en relación a este ámbito ante la Comisión Europea.
La patronal del sector químico acaba de presentar hace pocos días en Expoquimia en Barcelona su documento Welcome 30, que recoge los desarrollos tecnológicos en los que está inmerso el sector para afrontar los retos del planeta, como son el cambio climático y la descarbonización, entre los que destaca los relacionados con el hidrógeno.
Entre las innovaciones presentadas, que auguran cambios disruptivos a corto plato, se encuentran nuevos sistemas de almacenamiento de energía, renovables más eficientes o la fotosíntesis artificial.