Los últimos episodios de lluvias torrenciales en la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía son habituales en esta época del año, según demuestran los registros históricos. Las proyecciones de los modelos climáticos para un futuro marcado por el calentamiento global indican una creciente irregularidad pluviométrica, con más sequías, pero, al mismo tiempo, un incremento de lluvias torrenciales.
El sistema de catalogación y clasificación unificado del proyecto ‘MEDIFLOOD’ ha conseguido definir 14.500 casos de inundación pluvial y fluvial, que abarcan de forma continua desde el 3 de noviembre del 1035 hasta el 31 de julio de 2019. Esta información ha permitido identificar, hasta el momento, 3.980 episodios de inundación se han dado en los últimos mil años. El material de apoyo con todos los detalles y referencias constituye un tesauro de 7.600 páginas, difundido recientemente a la comunidad científica a través la revista Global and Planetary Change.
Analizar el impacto y complicaciones que el aumento de las precipitaciones puede provocar es clave para poder realizar una buena intervención pública y mitigar sus efectos. Por ello, es necesario disponer de mecanismos de recopilación, ordenación y análisis de episodios meteorológicos extremos a escala histórica, que permitan reducir
incertidumbres y planificar de forma adecuada las actuaciones de adaptación y respuesta. Este es el objetivo del proyecto de investigación europeo ‘MEDIFLOOD’, coordinado por el investigador David Pino, vinculado al Departamento de Física de la Universitat Politècnica de Catalunya · BarcelonaTech (UPC), y desarrollado conjuntamente con equipos multidisciplinares de la Universidad de Murcia, Universidad de Barcelona, la Universidad de Lleida, la Universidad de Alicante y el Servicio Meteorológico de Cataluña.
Los datos recopilados provienen no solo de los materiales disponibles en el Catálogo Nacional de Inundaciones Históricas (CNIH), del Ministerio del Interior, sino también de bases de datos e informes de las diferentes autoridades de cuenca hidrográfica, así como de trabajo historiográfico de búsqueda y recopilación en fuentes documentales y bibliográficas aún inexploradas en un elevado porcentaje.
A pesar de ser graves, estas inundaciones son de la misma magnitud o más pequeñas que algunos episodios registrados en noviembre de 1617 en casi toda la vertiente Mediterránea, en octubre de 1787 en la cuenca del Ebro o en mayo de 1853, en los ríos Cinca, Segre y el curso bajo del Ebro.
Para hacer frente a los retos de futuro que plantea esta realidad, tan importante es estudiar los procesos climáticos como los efectos de la actuación humana sobre el territorio. En este sentido, el proyecto ha analizado cuál ha sido la adaptación de la población a esta climatología con manifestaciones a menudo adversas.
Según la investigación, el cambio principal se da en la forma en que se ha ocupado el territorio y en el consecuente impacto, unas transformaciones que a lo largo de las últimas décadas han influido negativamente en el comportamiento de los sistemas fluviales. Se ha detectado, por ejemplo, un incremento sustancial de las inundaciones pluviales, o in situ, a menudo vinculadas a problemas de drenaje, y que ocasionan perjuicios y daños en zonas que no habían sido anteriormente inundadas.
Tal y como señala el investigador principal del proyecto, David Pino, "el catálogo permitirá evaluar los efectos de las actividades humanas (crecimiento urbanístico, ocupación de cauces fluviales, impacto de obras públicas, por ejemplo), ante inundaciones pluviales y fluviales de diferente tipo". Esto permitirá desarrollar propuestas para una mejor gestión del riesgo climático, avanzando en la reducción de exposición y vulnerabilidad al riesgo.