El desconocido caupí, una judía típica en países africanos y asiáticos, es una buena alternativa para mejorar el rendimiento y la sostenibilidad de plantaciones hortícolas, mediante una estrategia de rotación de cultivos, según ha concluido la tesis de Virginia Sánchez Navarro en la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT).
La inclusión de leguminosas en rotación, como el caupí y el haba, mejora la calidad y fertilidad del suelo, gracias a su habilidad para fijar el nitrógeno atmosférico, incrementando el rendimiento de cultivos posteriores. Los ensayos realizados por investigadores del Departamento de Ingeniería Agronómica de la UPCT en la Estación Experimental Tomás Ferro, con financiación del proyecto europeo Eurolegume, han demostrado su efectividad para reducir el aporte externo de fertilizantes nitrogenados, disminuyendo así las emisiones de gases de efecto invernadero.
“Los resultados mostraron que el cultivo previo de caupí, en comparación con el cultivo de haba, era una alternativa más efectiva en términos de producción sostenible para aumentar la materia orgánica, la fertilidad del suelo y el rendimiento de los cultivos posteriores mediante procesos de rizodeposición”, señala la nueva doctora por la UPCT.
“El caupí contribuyó a un aumento del fósforo disponible del suelo mientras que mantuvo el rendimiento y la calidad del cultivo de brócoli cuando las tasas de fertilización se redujeron un 20%”, señala la autora de la tesis, que han dirigido los profesores Raúl Zornoza y Juan Fernández. “La rotación con caupí aumentó el diámetro y los rendimientos de las pellas de brócoli, mejorando la estructura del suelo y la actividad microbiana”, añade Zornoza.
Investigadores de la Politécnica están realizando ahora nuevos ensayos con leguminosas, dentro del proyecto AsociaHortus (AGL2017-83975-R) que lidera la UPCT, pero mediante cultivos asociados (en la misma parcela se plantan simultáneamente leguminosas y otras especies hortícolas), para mejorar su productividad y la sostenibilidad ambiental.