Las conductoras participantes en el Primer Congreso Nacional de la Mujer en el Transporte, que se ha celebrado este jueves en Madrid, coincidieron en pedir más seguridad, áreas de descanso, iluminación, servicios y una mayor visibilidad de su profesión que definen como "dura, pero reconfortante".
De los 250.000 transportistas de mercancías que hay en España, solamente 5.000 son mujeres, un 2%, por debajo del 3% de la media europea, según ha explicado la responsable de la organización del congreso, Ana Morcillo.
En Alemania ese porcentaje llega al 5% y en Italia, al 7%, ha indicado Morcillo en declaraciones a EFE, para agregar que "todavía estamos muy lejos de la igualdad de género en el sector del transporte, que implica muchas cosas, los estereotipos, la falta de formación, que la aportación de la mujer al sector es mínima".
Entre las principales reivindicaciones está la construcción de áreas de descanso seguras, que, en teoría, debería existir una cada 100 kilómetros en los 15.000 kilómetros de carreteras españolas, pero denuncian que "hay pocas y las que hay son privadas y tienes que pagar".
Según su propia experiencia, los lugares que hay "no están iluminados, no hay guardias de seguridad, no hay nada" y "están en medio de la nada, con los delincuentes están al acecho; si el camionero es una mujer, tiran para adelante porque es más vulnerable".
Por su parte, la secretaria general de Transportes y Movilidad, María José Rallo, ha reconocido que la seguridad "es un aspecto básico y fundamental" y ha anunciado que será "una de las prioridades del Ministerio".
Para ello, ha abogado por trabajar conjuntamente el sector público con el privado, para ver "dónde poner el foco" y aportar soluciones, durante su discurso en la clausura del congreso promovido por DIFUNDALIA y Next Educación, escuela de negocios con la que EFE tiene un acuerdo de difusión de contenidos.
En esta sesión, Ángeles Ruiz, directora de marketing y atención al cliente de la empresa Andamur, ha pedido mayor trabajo a la hora de visibilizar la profesión y acabar con la mala imagen que se tiene de ella, ya que, en su opinión, "el uso despectivo de la palabra camionera es cultural".
Sonia Brañas, transportista y empresaria, ha reconocido que prefiere que le llamen conductora antes que camionera "porque tiene connotaciones despectivas" y ha asegurado que en los 25 años de profesión ha pasado miedo.
En esta línea, su compañera Adriana Muresán ha defendido que se debe "mirar con más cariño a los camiones porque dentro hay una persona que lleva una vida sacrificada, que está trabajando en condiciones difíciles".
Muresán ha explicado a EFE que le constan personalmente "cuatro camioneros muertos en España en los últimos cinco años al defenderse de un robo, en Francia tres muertes por el mismo motivo y numerosos infartos por fatiga y no dormir bien por miedo".