En las empresas, a veces hay que ser el malo de la película. Eso casi siempre le toca al CFO.
En otras ocasiones, el CFO debe ser un comercial. En esas ocasiones, tiene la obligación de ser el mejor 
:
a los bancos hay que saber venderles la película, porque serán ellos los que se la vendan a su departamento de riesgos. Pedir crédito, siempre.
también hay que ser buen comercial con los clientes para poder cobrar a tiempo
con los proveedores, para que te alarguen los pagos
y con los departamentos internos para que te cuenten todo (hasta lo «incontable»).
Y, sobre todo, con el CEO, para que te haga caso 
Normalmente, la relación con el CEO suele ser de amor-odio: el CEO quiere hacer muchas cosas sin importar lo que cuestan y, en esos casos, el CFO se siente en el alambre, y los escalofríos 
recorren la línea del margen que está visualizando.
En fin, como CFO debes ser el mejor comercial. Incluso mejor que el Director Comercial. Lo mejor que puedes hacer es pegarte a él. Entiende qué necesita, cómo vende, qué vende y qué márgenes utiliza.
A partir de ahí, sólo debes enfocarte en que el alumno supere al maestro .
