miércoles. 05.02.2025

La economía turca: optimismo renovado tras meses de incertidumbre

 Los índices de confianza económica han alcanzado máximos de varios meses, mientras que las proyecciones inflacionarias indican una disminución sostenida.
Imagen creada con IA. (AA Consulting)
Imagen creada con IA. (AA Consulting)

Tras un período marcado por desafíos inflacionarios y ajustes en la política económica, la economía turca comienza a mostrar signos tangibles de recuperación. Los índices de confianza económica han alcanzado máximos de varios meses, mientras que las proyecciones inflacionarias indican una disminución sostenida. Estos avances han generado expectativas de estabilidad y crecimiento sostenible.

El índice de confianza económica, que había descendido a 93,1 puntos en agosto, se recuperó a 98 puntos en octubre, su nivel más alto en cinco meses. Este incremento refleja un renovado optimismo en el sector empresarial y entre los consumidores. La confianza del consumidor, en particular, alcanzó 80,6 puntos en octubre, marcando un máximo de 16 meses después de tocar fondo en julio.

En el sector servicios, el índice llegó a 114,2 puntos en octubre, un nivel no visto en cuatro meses. Estos resultados indican que tanto las empresas como los ciudadanos perciben un panorama económico más positivo.

La lucha contra la inflación sigue siendo uno de los principales desafíos para Turquía. Después de alcanzar un máximo del 75% en mayo de 2023, la inflación anual descendió al 52% en agosto de este año. Según el Banco Central de Turquía, la tasa podría reducirse aún más, cerrando el año en torno al 38%, en línea con las previsiones gubernamentales del 42%. La mejora en indicadores como el déficit por cuenta corriente y las reservas internacionales ha contribuido significativamente a esta tendencia. 'El aumento en la inversión extranjera directa y la reducción del riesgo país son resultado de la mejora económica y se consideran señales de que el país va en la buena dirección.

Desde mediados de 2023, el gobierno turco ha implementado una serie de políticas monetarias y fiscales para combatir la inflación y estabilizar la economía, incluyendo un endurecimiento monetario gradual que ha sido bien recibido por los mercados. Según el Ministro de Hacienda y Finanzas, Mehmet Şimşek, Turquía está en una fase de “reducción permanente y significativa de la inflación”, con el objetivo de alcanzar tasas inferiores al 20% en 2025 y al 10% en 2026.

Pese a los avances, persisten desafíos importantes. El coste de los alimentos, los ajustes salariales y la incertidumbre económica global podrían ralentizar el ritmo de desinflación. No obstante, la credibilidad ganada por el Banco Central y el incremento en los depósitos en liras son signos positivos. Actualmente, el 53% de los depósitos están denominados en liras, frente al 32% del año 2023.

Aunque la economía turca enfrenta presiones, las proyecciones de crecimiento a largo plazo son optimistas, con un enfoque en la sostenibilidad y la atracción de inversiones.
Turquía parece estar en camino hacia una recuperación económica sostenible. La combinación de políticas económicas prudentes, la mejora en los indicadores de confianza y una reducción gradual de la inflación proyectan un panorama prometedor.

Por otro lado, la reciente situación en Siria es vista entre el ejecutivo turco como una oportunidad para que Turquía se convierta en todo un centro logístico energético, atrayendo energía desde Rusia, Azerbaiyán y el Medio Oriente para canalizarla hacia Europa, lo que atraerá mayores inversiones y creará en los próximos años más de 100.000 nuevos puestos de trabajo en el sector de la energía. Además, ayudará a reducir los elevados gastos en importación de energía, que actualmente es la mayor importación del país.

La economía turca: optimismo renovado tras meses de incertidumbre