En este fallo de la OMC relacionado con la deforestación, un tribunal de tres personas votó dos a uno para rechazar las reclamaciones de Malasia, mientras que aceptaba sus quejas sobre cómo se habían preparado, publicado y administrado las medidas, por lo que la UE necesitará hacer ajustes, pero no necesita retirar las medidas impuestas.
La disputa se centra en las normas de la UE por las cuales pretende que los combustibles empleados en el transporte tengan un 10% de origen procedente de fuentes renovables. Los biocombustibles basados en cultivos se consideran renovables si cumplen con criterios de sostenibilidad y la UE excluye los cultivos cultivados en tierras deforestadas o donde existe un alto riesgo de que desplacen cultivos destinados a la alimentación.
La UE determinó que el biodiésel a base de aceite de palma debería eliminarse gradualmente como renovable para el 2030, mientras que los cultivos como el girasol o la colza, destinados al mismo uso, pero origen UE, no necesitaban hacerlo.
Malasia e Indonesia, los dos mayores productores de aceite de palma del mundo y que representan el 85% de las exportaciones globales, vieron aquí una práctica desleal y desafiaron a la Unión Europea ante la OMC.
La empresa estatal petrolera de Malasia, Petronas, ha instado a los legisladores de la UE a adoptar una postura más permisiva hacia los biocombustibles a base de aceite de palma, destacando las ventajas de coste y las preocupaciones en torno a una transición justa para los productores asiáticos.
La UE ha adoptado una postura cada vez más firme hacia el aceite de palma, históricamente uno de sus principales materiales de alimentación para biocombustibles, debido a preocupaciones relacionadas con el uso del suelo y la deforestación asociada a su producción. Bajo la Directiva de Energías Renovables (RED II), el bloque hizo que el biodiésel a base de aceite de palma fuera inelegible para cumplir los objetivos de transporte renovable después de 2030, una medida que ya ha sido implementada antes por siete estados miembros.
Los subproductos del aceite de palma, no se ven afectados por las mismas restricciones.
Ya en 2023, las exportaciones de aceite de palma crudo de Malasia a la UE cayeron un 42% interanual, según informó el Consejo del Aceite de Palma de Malasia, pero incluso los refinadores europeos consideran que el aceite de palma y los biocombustibles son esenciales para la transición energética en los próximos 10-20 años, hasta que se logre una plena electrificación de sectores como el transporte.