Los bancos europeos se enfrentarán todavía en 2021 a la presión de los ingresos y la rentabilidad, lastrados por la crisis del coronavirus y por los bajos tipos de interés, por lo que la prioridad sigue siendo la reducción de costes que se logra, entre otras vías, con las fusiones como las que se van a producir en España.
En un informe publicado este jueves, la agencia de calificación DBRS Morningstar explica que la consolidación -sobretodo en España e Italia- puede solucionar en algunos casos el choque entre la necesidad de reducir gastos que tiene el sector y la obligación de continuar invirtiendo en tecnología para acelerar la digitalización.
Todo esto complica la situación para la banca, que ha dotado ya cuantiosas provisiones para afrontar esta nueva crisis, al tiempo que los requisitos regulatorios les obligan a elevar sus niveles de capital, entre otras cosas.
En España, DBRS ve "muy probable" que este año se produzca un aumento "significativo" de la morosidad del crédito bancario, ya que las medidas de apoyo puestas en marcha por el Gobierno llegan a su fin, al tiempo que continúan las restricciones a la movilidad por la pandemia, con el consiguiente impacto en la economía en general.
De esta forma, la agencia espera que el deterioro de la calidad de los activos provoque un aumento de los activos ponderados por riesgo que afecten los niveles de capitalización, aunque desde "bases sólidas".
Además, la generación de capital interno de las entidades podría debilitarse debido a "las menores ganancias y a la reanudación de los pagos de dividendos", prevista para este ejercicio.