El Tesoro Público español inaugurará esta semana el calendario de subastas de marzo en un momento de tensión en los mercados de deuda, donde la rentabilidad de los bonos sigue al alza ante el miedo a un repunte de la inflación.
En el caso de España, el interés de la deuda a diez años, la de referencia, ha escalado esta semana hasta el entorno del 0,5%. A mediados de diciembre, llegó a situarse en tasas negativas.
Los expertos de Portocolom AV explican que el aumento de las expectativas de inflación está derivando en una subida de los rendimientos de los bonos, aunque no lo suficiente para empeorar las condiciones financieras ni en Estados Unidos ni en la zona.
"Las compras de bonos del Banco Central Europeo (BCE) de las últimas semanas sugieren que mientras las condiciones de financiación sigan siendo laxas, incluidos los estrechos diferenciales de los bonos, un aumento gradual de los rendimientos de los bonos largos no desencadenará una respuesta agresiva del organismo", ha aclarado.
Este aumento de la rentabilidad de la deuda en el mercado secundario se ha visto reflejado en las subastas del Tesoro, que en las últimas semanas ha tenido que incrementar el interés exigido a las letras, bonos y obligaciones que ha ofrecido a los inversores.
Pese a este hecho puntual, el secretario general del Tesoro, Carlos San Basilio, ha asegurado que España goza de unas condiciones de financiación "muy positivas", una tendencia que confía en que se mantenga a medio plazo.
Las condiciones de financiación de España fueron "excepcionalmente buenas" el año pasado y a principios de 2020, y a pesar de las recientes subidas, esperamos unas condiciones favorables a medio plazo, manifestaba esta semana.
En este contexto, el Tesoro inaugura las subastas de marzo y lo hará con dos emisiones esta semana. Una de letras a seis y doce meses, el martes día 2, y otra de bonos y obligaciones, que celebrará el jueves 4.
En esta subasta, el Tesoro emitirá hasta cinco denominaciones distintas: bonos a cinco años, obligaciones a diez y quince años; otras obligaciones con vida residual de siete años y cinco meses, y otras obligaciones indexadas a la inflación, con una vida residual de 9 años y 9 meses.
La primera vez en su historia que el Tesoro emitió cinco denominaciones de deuda distintas a la vez fue el pasado mayo. Lo hizo con el objetivo de acelerar las emisiones previstas para 2020 para poder emitir más deuda si el aumento del gasto público derivado de la crisis del coronavirus lo hacía necesario.
