Aunque los productos financieros tienen como finalidad hacernos las cosas algo más fáciles en materia económica, todo el mundo sabe que no siempre es así. Se han visto muchos casos en los que los consumidores han tenido que ponerse manos a la obra para conseguir unas condiciones justas, como hemos visto en casos en los que han conseguido reclamar gastos abusivos de los préstamos hipotecarios con éxito.
Pero ni todos los productos se pueden reclamar, ni todo el mundo sabe cómo o cuándo debe hacerlo. Lo cierto es que la ley cada vez mira más a favor de las personas que se topan con financieras y bancos que abusan con sus condiciones. No obstante, antes de lanzarse a tribunales para demandar y reclamar, hay que seguir ciertos pasos que son esenciales para que el procedimiento tenga éxito.
¿Crees que tu caso es válido para reclamar las condiciones de un crédito urgente, o de cualquier tipo? Entonces presta atención, porque lo que vamos a contarte aquí te interesa, y mucho.
CÓMO RECLAMAR UN CRÉDITO URGENTE
Lo primero a tener en cuenta en todo el procedimiento es que no siempre es necesario hacer reclamaciones. No todas las entidades imponen cláusulas que perjudiquen especialmente a sus clientes. De hecho, acudiendo a comparadores para buscar propuestas de calidad, puedes informarte sobre créditos asnef urgentes que realmente se amolden bien a tus condiciones y necesidades económicas.
Algunas financieras facilitan de entrada una vía de comunicación para dejar claras todas las características de sus productos y lo que ello implica en cuestiones de pago. Y eso es algo muy favorable, porque ayuda a tener claro al cliente qué es lo que recibe exactamente y qué debe pagar. No obstante, no todas las empresas ofrecen eso, y eso ya lleva a iniciar los mecanismos para reclamar créditos urgentes.
LA VÍA AMISTOSA
Se le conoce como vía amistosa porque es un proceso que se abre entre el cliente y la empresa, sin tener que llegar a ninguna vía judicial y/o legal. En el caso de detectar una cláusula indebida, que pueda poner en riesgo tu calidad como consumidor, sea por intereses altos, plazos demasiado ajustados o sobrecostes no establecidos en el contrato, lo ideal es empezar contactando con la financiera.
Las entidades suelen ofrecer e-mails de contacto, números de teléfono y hasta chats de texto en vivo para poder comunicarse con fluidez. Esta es la primera vía de contacto, en la que se debe manifestar el motivo de la comunicación y solventar cualquier duda. A través de esta opción, el cliente debe explicar lo que considera inadecuado, además de alegar que quiere proceder con la reclamación y cancelación.
Ante esto, es posible que la entidad sugiera el envío de un formulario tipo en el que explicarlo todo detalladamente para, después, ofrecer una respuesta. En estos casos, los plazos que se manejan pueden ser de unos 20 días entre que se envía el documento subrayando el problema y la respuesta de la entidad. La ley ampara ese tope.
Si la respuesta es positiva y se arregla, todo en orden. Si no es así y la entidad se niega (algo que está sucediendo bastante con las tarjetas de créditos revolving), entonces se debe proceder por lo legal. En este caso, lo mejor es empezar a contactar con algún abogado en la materia para que estudie el caso.
LA VÍA LEGAL
La vía legal solo debe iniciarse cuando la amistosa se agota y no se ha podido llegar a ningún acuerdo para las dos partes implicadas. En este caso, con un equipo legal de por medio, hay que acudir al Juzgado de Primera Instancia para reclamar la cancelación del crédito, exponiendo en el escrito los motivos por los que se hace dicha solicitud.
Hay que aclarar que esto es algo que debe hacerse siempre bajo el amparo de unas condiciones abusivas. Si los tipos de interés de un crédito son demasiado altos o, si la entidad busca un beneficio propio que se apoye sobre perjudicar al cliente, aprovechándose de su desconocimiento, entonces sí se puede proceder por esta vía y hay probabilidades de salir ganando.
No se tiene por qué llegar a este extremo, sobre todo si se recurre a una entidad fiable y de calidad. Sin embargo, hay ocasiones en las que sí es necesario. De hecho, situaciones como esta son lo que provocó que se empezaran a reclamar las cláusulas suelo en las hipotecas.
Algunos créditos rápidos tienen unos intereses desproporcionados. Y esto, en base a lo que dicta una de las leyes más antiguas de España, es suficiente como para poder reclamar y solicitar la devolución de todo ese dinero excedente que se ha pagado. La media suele estar entre el 20-25%, aunque se debe tomar como referencia los intereses de tipo normal establecidos por el Banco de España. Con eso en claro, puedes ver si actuar o dejarlo estar.