Con el principio del nuevo curso laboral y el fin del verano arranca el último trimestre del año, etapa en la que las empresas españolas suelen concentrar un gran volumen de su actividad para llegar a los objetivos planteados, dejando en el camino algunos temas pendientes que lastran la buena marcha de la empresa.
Precisamente algunas de estas tareas por hacer son garantizar la inclusión y diversidad de sus plantillas. Algo común en las compañías de nuestro país, ya que tan solo la mitad de ellas cuenta con una persona o equipo dedicado a aplicar políticas internas de diversidad, según la Fundación Diversidad.
Con estos datos Aiwin, empresa española de gamificación, ha analizado algunas asignaturas pendientes en materia de diversidad e inclusión en las que las empresas españolas aún tienen que hacer algunos esfuerzos más:
Falta de mujeres directivas. El conocido techo de cristal es una barrera que, poco a poco, se está rompiendo en nuestro país, aunque aún queda mucho trabajo por hacer. Así lo demuestra el informe ‘Women in Business’ de Grant Thornton, donde destacan que 3 de cada 10 puestos directivos en España están ocupados por mujeres. Se trata de una cifra aún baja pero esperanzadora, ya que este porcentaje ha aumentado en unos 4 puntos en los últimos 5 años.
Brecha salarial. Muy relacionado con el anterior punto, es la diferencia entre los salarios de mujeres y hombres. En España, las remuneraciones percibidas por las mujeres son un 23% inferiores a las de los hombres, según un estudio conjunto de PWC y la CEOE. Además, la Fedea (Fundación de Estudios de Economía Aplicada) calcula que una mujer gana un 12,7% menos por hora que un compañero masculino, aunque las tareas que desempeñen sean similares.
Homosexualidad. Afortunadamente, España es uno de los países en los que hay mayor actitud positiva hacia la homosexualidad, aunque los pasos hacia adelante que ha dado la sociedad en este sentido aún tienen que reflejarse en el ámbito laboral. De hecho, un estudio de Banco Santander revela que tan solo el 38% de las personas LGTBI declaran su condición en su trabajo, principalmente para evitar ser objetivo de rumores y prejuicios por parte de compañeros.
Adaptación de extranjeros. El último censo del INE revela que la población inmigrante en España es cada vez más significativa. Los más de 5 millones de extranjeros censados ya conforman el 10,6% de toda la población del país, lo que significa un crecimiento de más del 6% respecto a las cifras del año pasado. Pese a estos números, tan solo el 9% de las empresas españolas centra sus políticas de diversidad en el origen racial y étnico, según el último barómetro de la Fundación Diversidad.
Empleo de discapacitados. En España, la Ley General de Discapacidad establece que las empresas públicas y privadas con 50 o más empleados están obligadas a que en su plantilla haya al menos un 2% de trabajadores con discapacidad. Pese a ello, la consultora Leialta calcula que el 81% de las empresas españolas todavía no cumple con esta normativa, que tuvo su última modificación hace dos años. La principal razón: el desconocimiento.
Para Sergio Jiménez, CEO de Aiwin, “en España hemos dado grandes pasos para hacer plantillas más inclusivas y diversas, aunque los datos demuestran que aún queda mucho por hacer”. En este sentido, el también fundador de Aiwin destaca que “la propia mente humana es un obstáculo ya que, de manera inconsciente, genera sesgos que afectan a la diversidad de las empresas. Detectarlos y dominarlos, gracias a soluciones como SHE, es un camino más innovador para que empleados, directivos y empresas sean más inclusivos”.