sábado. 23.11.2024

La Oficina de Atención Social es un innovador proyecto de la Universidad de Murcia (UMU) que atiende desde 2021 a todos los estudiantes que se encuentran en situación de vulnerabilidad, social y/o económica. Durante el curso 2023-24, este servicio pionero en la universidad española, ha atendido a más de 400 estudiantes, informando, orientando y derivando según la problemática.

Además, este curso se ha ayudado económicamente a 97 estudiantes por un importe de cerca de 28.500 euros. De hecho, 10 de estos estudiantes han reconocido expresamente que han titulado gracias al trabajo de la Oficina de Atención Social (OAS). Esta ayuda ha sido posible gracias a los donativos recibidos, principalmente, de los miembros del Personal Técnico, de Gestión y de Administración y Servicios (PTGAS) y Personal Docente Investigador (PDI) de la UMU, cuyos ingresos recibidos entre el 1 de septiembre de 2023 hasta el 1 de julio de 2024 han sumado 25.450,52 euros.

Dirige este servicio Marcos Bote, profesor contratado doctor de Sociología. Su trabajo pivota en torno a la Sociología de la Salud y el Envejecimiento. Entre otros temas, ha llevado a cabo investigaciones en los campos de las relaciones afectivas de los mayores, la discapacidad y la accesibilidad, la sociología de la salud y la sociología del cuerpo y la sexualidad.

Bote agradece “a todas esas personas solidarias su generosidad y animamos a los miembros de la comunidad universitaria y la sociedad murciana que quieran sumarse de forma solidaria a este proyecto a hacer su donación a través de un descuento voluntario, desde 5 € en la nómina, o donativo voluntario de forma puntual”. Además recuerda que de la donación total se deduce automáticamente hasta un 80% en la declaración del IRPF a través del enlace web: https://micampus.um.es/#/view/donaciones.

-¿Cuál es la misión de la Oficina de Atención Social de la UMU?

Nuestra misión es clara: que ningún estudiante se vea obligado a abandonar sus estudios universitarios por causas económicas o sociales. Para ello, se estructura en tres pilares: prestaciones económicas, servicio de atención social, así como investigación y transferencia en torno al estudiantado.

Respecto a las prestaciones económicas, contamos con una convocatoria, que tiene un carácter periódico, para ayudar a los estudiantes en situación de vulnerabilidad social y que no tienen acceso a ningún tipo de acceso a becas, a pagar sus matrículas. El servicio está gestionado por trabajadoras sociales y permite atender situaciones de dificultad social, prestando información y orientación sobre recursos sociales, en coordinación con entidades públicas y privadas. Finalmente, el tercer pilar, es investigación y transferencia.

-Entiendo que se trata de un servicio de carácter permanente a los universitarios y universitarias.

Efectivamente. Las donaciones se pueden realizar de forma ágil y rápida a través de nuestra web, según sean personal o unidades de la UMU, particulares y empresas, ayuntamientos y otras administraciones públicas (https://www.um.es/web/oficinasocial/como-donar). Además, hay que recalcar que estas donaciones tienen importantes beneficios fiscales.

-¿Qué tres casos de estudiantes han sido los que más le han ‘tocado’ últimamente?

Prefiero quedarme con los casos de éxito, aunque su situación de partida también te toque. Un estudiante de Bellas Artes que tiene que rebuscar en la basura materiales y aprovechar hasta la última gota de un tubo de pintura que los compañeros tiran y que, aún así, es uno de los mejores de su promoción. Una estudiante que a pesar de sufrir un desahucio en su familia es capaz de mantener su beca del ministerio y terminar su carrera. O estudiantes que, a pesar de sufrir violencia intrafamiliar, no sólo avanzan en sus estudios sino que encuentran el coraje para ayudar a sus compañeros y compañeras en todo lo que pueden.

-¿Hay un perfil-tipo de estudiante que haya solicitado estas ayudas?

Si lo tenemos. En cuanto a la rama de conocimiento está muy condicionada por el origen social de la familia, y hay evidencia de que en Ciencias Sociales suelen concentrarse estudiantes con más dificultades socioeconómicas. También numéricamente representan una proporción elevada del total de la población universitaria. Lo que no significa que no hayamos tenido estudiantes de prácticamente todas las facultades, desde Informática a Medicina.

En cuanto a la edad, si bien es cierto que en su mayoría son estudiantes jóvenes, también atendemos a población por encima de la media universitaria. Y donde encontramos una sobre representación importante es en cuanto al género, pues acuden mucho más mujeres que hombres a pedir ayuda. Entre los chicos sigue estando muy estigmatizado el buscar ayuda o reconocer una debilidad. Que realmente no lo es, es una situación externa que escapa al control del estudiante.

-Convénzanos de que realicemos una donación a la Oficina de Atención Social de la UMU

Hay ángulos muertos que las políticas públicas y sociales no alcanzan a atender, en ocasiones es complicado dar una respuesta a estas necesidades, con la OAS es muy sencillo, está en tu mano, como miembro de la comunidad universitaria, cambiarle la vida a una persona, y ayudarle a terminar su estudios, con lo que eso supone: protección frente al desempleo, frente a la pobreza y la exclusión, mejor estado de salud y hasta mayor esperanza de vida. Y, lo mejor, puedes hacerlo en menos de 5 minutos.

-¿Qué ha aprendido del ser humano como Director de esta Oficina? ¿Y como sociólogo?

Como sociólogos nos centramos muchos en las fuerzas estructurales que condicionan las acciones de los actores sociales. Los casos de resiliencia que he visto, y sigo viendo, en la OAS me han hecho replantearme algunas dinámicas sociales y aumentar enormemente mi confianza en el papel de la agencia (es decir, el yo, frente a las circunstancias en términos orteguianos), frente a los condicionantes socioeconómicos.

Como director de la Oficina, he aprendido mucho de mis dos “jefes”, Longinos Marín (Vicerrector de Responsabilidad Social y Cultura) y Alicia Rubio (Vicerrectora de Estudiantes y Empleo) a manejarme a nivel institucional. De Longinos, sobre todo, saber  ir a “pedir” recursos, llamando a todas las puertas, sin miedo ni vergüenza, pensando en el bien de la comunidad universitaria. De Alicia, no perder la calma ni la compostura por adversa o tensa que se vuelva la situación, manteniendo siempre el talante y con una sonrisa como carta de presentación.

-A su juicio, ¿la universidad pública debe ser sinónimo de justicia social?

No tendría sentido que no lo fuera. Me gusta decir que si no es para todos, no es universidad. Es el espíritu de la nueva Ley Orgánica y está en el ADN de la UMU. Somos, sin duda, una de las universidades más inclusivas de España.

-Comparta con nosotros un referente profesional que haya marcado su carrera académica.

Hay muchas figuras, en la academia, el deporte, o las artes que de alguna forma me han influido. Reconozco sentir inclinación por personajes que como decían Lou Reed han paseado por el lado salvaje de la vida. Trayectorias vitales como las de Johnny Cash, Lance Armstrong o Charles Bukowski me parecen de un tremendo magnetismo. A nivel académico, mi mentor, el profesor Sánchez Vera, me enseñó unos valores de integridad y honestidad intelectual que trato también de trasladar a mis pupilos. Tengo que decir que no tengo constancia de que Pedro haya paseado por el lado salvaje de la vida…

-Como sociólogo, ¿es de Durkheim o Weber? Y entre los contemporáneos, ¿Lipovestky o Bauman?

De los clásicos es siempre complicado elegir. Uno de mis clásicos favoritos está fuera del Big 3 (Durkheim, Weber, Marx), se trata de Simmel. Pero ante su pregunta, tengo la obligación de mojarme, pues en el congreso de estudiantes de Sociología de Salamanca en tiempos que ahora se ven como antediluvianos la camisetas rezaban el lema ‘Sí Weber, no con Durkheim’, replicando el slogan de una campaña de tráfico protagonizada por el gran Stevie Wonder.

Me inclino por Weber, pues creo que a día de hoy buena parte de las resistencias a los cambios se explican por la permanencia de aparatos mentales que condicionan la vida social. En cuanto a los contemporáneos, me parece mucho más complejo y profundo el análisis de Lopovestky (aunque apocalíptico  a veces). Bauman tuvo la suerte de dar con la metáfora más rentable de la historia de la sociología.

-Y, por último, recomiéndenos un libro para este verano.

Delibes contaba que su padre leía todos los veranos ‘El Quijote’ en la playa, una tradición que me parece deliciosa. Yo recomendaría algo marítimo. ‘El viejo y el mar’, de Hemingway o ‘Moby Dick’, de Herman Melville. Aunque ya que he mencionado a Bukowski, ‘Mujeres’ también me parece una lectura apropiada para el verano.

Marcos Bote (Director Atención Social de la UMU): "Cubrimos un ángulo muerto que las...