¿Cómo va a ser la economía murciana post-covid? Habrá recuperación, pero está por evaluar la intensidad de las turbulencias, en especial en el tramo inicial. Y más, en un verano en el que la pandemia va a afectar de lleno al sector turístico y hostelero.
De esta crisis, su diagnóstico y sus planes de contención charlamos con el Catedrático de Economía Financiera y Contabilidad, Samuel Baixauli (en Twitter @samuelbaixauli), quien está a punto de cumplir tres años como decano de Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Murcia.
Considera que la universidad pública ha determinado su carrera profesional y se lo ha dado todo. Llegó a la Región hace más de dos décadas como profesor ayudante desde su Valencia natal donde era becario investigador. Es una voz reconocida en materia de economía a nivel regional y reconoce que su trabajo se centra en reducir al máximo la brecha entre empresa y universidad.
Además de ejercer como decano y profesor de Economía Financiera en la UMU, es editor asociado del ‘European Journal of Management & Business Economics’ (@EJMBE_jornal) y director de la Cátedra de Excelencia Empresarial del Grupo Fuertes.
¿Qué estrategia deberían seguir las instituciones, la de la contención o el incremento del gasto público? ¿Cómo controlar el déficit que las medidas de impulso pueden provocar?
Ahora mismo urge la implementación de una estrategia para el fomento de la recuperación económica. Es necesario despertar a la economía de un estado de hibernación forzosa derivado de la crisis sanitaria y hay que hacerlo con la visión de que se refuerce la competitividad del tejido empresarial a largo plazo. No es sencillo y, para ello, se precisa un incremento del gasto público debido a que como consecuencia de la crisis sanitaria está aumentando el paro, aumenta también el gasto en prevención para controlar rebrotes, se destruye tejido empresarial y la capacidad del sistema financiero se reduce.
Nos enfrentamos a un escenario en el que no se podrá controlar el déficit en el corto plazo por la delicada situación social y por la inevitable necesidad de inversión para la reactivación de la economía, unido a la caída de ingresos públicos por la reducción de la actividad económica. El control del déficit con medidas fiscales tendrá que realizarse de la mano de la recuperación económica y valorando los efectos negativos que puedan tener sobre el consumo y el poder adquisitivo, especialmente de la clase media.
¿Cómo prevé el despegue de la economía regional tras el ‘tsunami’ de la Covid-19?
El despegue dependerá de la capacidad de retomar las condiciones previas a la crisis sanitaria. No parece que esto pueda ser inmediato porque la plena recuperación depende de una solución a nivel internacional a la crisis sanitaria. La recuperación de la movilidad, la seguridad y la globalización a la que estábamos acostumbrados no es cuestión de unos meses y, por tanto, el despegue de la economía a nivel regional estará condicionado a la mejora de las condiciones globales. Además, la capacidad de la Administración Regional de desarrollar políticas púbicas de apoyo a la reactivación estará condicionada por la asignación de fondos extraordinarios por parte del Gobierno, ya que arrastramos un claro problema de infrafinanciación.
¿Sí o sí ahora la estructura productiva de la Región tiene que cambiar para ser más competitiva?
La mejora continua de la competitividad es un objetivo que siempre hay que tener. En situaciones de crisis tan graves como la actual aflora la urgencia y se percibe claramente la necesidad de mejorar la competitividad. En mi opinión, es fundamental potenciar la inversión en infraestructuras adaptadas a la industria para que la estructura productiva pueda ser más competitiva. Además, la revitalización de la industria actual con la aplicación productiva de las nuevas tecnologías es fundamental y prioritario.
¿Cuál es su análisis sobre el tejido productivo regional?
La economía regional presenta un bajo valor añadido bruto en comparación con otras comunidades autónomas. El entorno para el desarrollo empresarial presenta una serie de carencias que hay que eliminar como son las infraestructuras de transporte, el fomento de la inversión empresarial en I+D+i y la mejora del capital humano a través de la educación, formación y especialización.
El desarrollo de conexiones estables entre el sistema universitario púbico y el tejido empresarial es fundamental porque en el sistema universitario público se genera la mayor parte de la investigación y tiene la capacidad de mejorar el capital humano, que será la palanca de cambio en las empresas. La colaboración público-privada mediante convenios entre la universidad y las empresas es un elemento clave para poder afrontar los cambios necesarios en la Región que apuntalen la mejora competitiva.
¿La innovación y la transformación digital son las únicas ‘vacunas’ económicas para sobrevivir a la Covid-19?
El binomio empresa-universidad es la palanca para el desarrollo regional, lo que ya se está reconociendo a través de la creación de Cátedras, la participación de las empresas en los programas de formación y los proyectos conjuntos que se están desarrollando. Es necesario que se ofrezcan las máximas facilidades para que afloren las ideas innovadoras. Todos los negocios que puedan surgir de manos de la innovación serán catalizadores de la economía en el futuro.
La estructura productiva de la Región tiene que cambiar si queremos ser competitivos a nivel internacional porque, si no invertimos en formación y talento, no nos adaptaremos para competir y tendremos serias dificultades de crecimiento cuando la transformación digital avance y altere todas las relaciones económicas.
Y para lograr ser competitivos hay que seguir apostando por invertir más en innovación, fomentando que las empresas contacten directamente con la universidad y participen de las diferentes fórmulas de cooperación, convenios, prácticas y formación. El Grupo Fuertes y la Universidad de Murcia, a través de la Cátedra de Excelencia Empresarial, es un claro ejemplo de cooperación para el fomento del talento empresarial y la innovación.
La UMU prepara a los futuros profesionales en función de las necesidades de las empresas, ¿todavía hay que avanzar más al respecto?
Nuestro objetivo es formar a titulados con un perfil que coincida al máximo con el que exija el mercado de trabajo en cada momento. Los programas académicos ya no son temarios de contenidos sino que se han transformado para valorar competencias. Pero debemos seguir trabajando para reducir la brecha entre empresa y universidad al máximo.
Aunque no es sencillo que exista un ajuste perfecto entre la formación y el egresado de la UMU con la demanda de las empresas por la vertiginosa evolución de las competencias demandadas por el mercado laboral, desde la UMU estamos trabajando en ello, y la colaboración universidad-empresa ayuda a ese ajuste.
Sirva de ejemplo el caso de dos de los másteres de la Facultad que cuentan con acreditaciones profesionales; nos referimos a los casos del Máster en Auditoría de Cuentas que tiene la homologación del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas y el Máster en Finanzas que cuenta con la acreditación por la CNMV para el asesoramiento financiero.
Además del conocimiento técnico, ¿cómo forma la universidad en las llamadas ‘habilidades blandas’ a sus alumnos?
Las habilidades blandas se adquieren tanto en la formación práctica que todas las asignaturas incluyen mediante el trabajo en grupo, la exposición y defensa de casos prácticos como en las actividades transversales que se realizan.
La oferta que se realiza en la Facultad a través del plan de acción tutorial en el que el estudiante participa de conferencias con ponentes de prestigio nacional a lo largo de todo el curso, la oferta de talleres para el desarrollo de habilidades emprendedoras y el talento empresarial a través de las diferentes Cátedras y de la Oficina de Emprendimiento. Así como la posibilidad de vincular los trabajos fin de grado con la creación de empresas son algunas de las posibilidades que se ofrecen a los estudiantes para desarrollar todas las habilidades que demandan las empresas.
¿Los másteres siguen funcionando como un trampolín profesional? En su facultad, ofertan formaciones de disciplinas tan distintas como la ‘Auditoría de cuentas’, el ‘Desarrollo Económico y la Cooperación Internacional, las ‘Finanzas’, la ‘Administración de Empresas (MBA)’ o el ‘Marketing Digital’.
Está constatado que el desempleo entre los estudiantes de máster es mucho menor que entre los estudiantes de grado. La formación de cuatro años de un grado hay que complementarla con unos estudios de máster para especializarse. En la actualidad tenemos dificultad para atender a las empresas cuando contactan con nosotros en busca de un estudiante de máster de la Facultad para contratarlo porque encuentran trabajo rápidamente. En los estudios de máster, a diferencia de los estudios de grado, existe una alta participación de profesionales que imparten docencia dando como resultado una especialización muy orientada al mercado laboral.
Además, está el Máster en RSC de la Universidad de Murcia, que ya se encamina hacia su octava edición. ¿Cree que la Responsabilidad Social va a adquirir una nueva dimensión tras la pandemia?
La Responsabilidad Social es una realidad que ha llegado para quedarse, ya pudimos apreciar en la crisis del 2008 como las empresas que la habían convertido en un elemento clave en su estrategia fueron capaces de responder de forma más satisfactoria a los desafíos que se plantearon en ese momento.
Qué duda cabe que la situación generada por la pandemia nos ha hecho a todos más sensibles a la labor de las empresas en el ámbito social, esta mayor sensibilidad, unida a la mayor profesionalización en este ámbito, es una buena noticia para la competitividad empresarial.
Por otro lado, la promulgación de la Ley 11/2018, de 28 de diciembre en materia de información no financiera y diversidad apuesta en este sentido, que no es otro que incorporar la Responsabilidad Social a la gestión de la compañía.
Para finalizar, ¿qué mensaje le gustaría trasladar a las empresas de la Región de Murcia?
Muchas veces no se sabe cómo una empresa puede acceder a la Facultad o cómo dirigirse a ella y es tan sencillo como escribir a la dirección de correo institucional [email protected] trasladando cualquier duda o sugerencia.
La universidad púbica está al servicio de todos y no importa si se trata de una empresa grande, mediana o pequeña, todas pueden ser atendidas y valorar distintas formas de colaboración.
La Facultad de Economía y Empresa tiene vocación internacional, dispone del sello de calidad a nivel nacional y aglutina muchos grupos de investigación y cátedras que pueden ayudar a abordar la mayoría de los temas que pueden preocupar a las empresas.