La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha elevado sus previsiones de crecimiento económico para este año hasta el 2,8%, cuatro décimas más que en sus estimaciones de julio, y para 2025 hasta el 2,3%, tres décimas más.
En un comunicado, la AIReF explica que esta mejora se debe tanto a la revisión del PIB llevada a cabo por el INE como a la incorporación de información nueva, que ha llevado también a subir la previsión para 2026 hasta el 2%, dos décimas más.
Estas previsiones están en línea con las del Gobierno, por lo que la AIReF ha avalado las cifras del escenario macroeconómico actualizado este martes, que será el que acompañe al proyecto de presupuestos para 2025 y el plan fiscal estructural que hay que remitir a Bruselas en octubre.
El Gobierno ha elevado este martes sus previsiones de crecimiento económico para este año hasta el 2,7%; 2025, hasta el 2,4%; y 2026, hasta el 2,2%.
A pesar del aval, la AIReF advierte de la "complejidad del contexto", ya que actualmente no dispone de información sobre el plan fiscal -que contendrá el "ajuste estructural que con seguridad tendrá que implementar el Gobierno"- ni sobre el detalle de la contabilidad nacional, por lo que señala que actualizará sus previsiones y volverá a analizar el cuadro macroeconómico una vez que tenga todos los datos.
A falta de esta información, la AIReF apunta que, en caso de que se cumplieran sus cálculos y el plan fiscal se traduzca en un ajuste de 0,43 puntos de PIB anuales durante siete años, el crecimiento económico sería más modesto, del 2% en 2025 y el 1,8% en 2026.
Para evitar errores en el diseño del plan fiscal -que estará vigente al menos durante cuatro años-, la AIReF ha pedido más información a los ministerios de Economía y Hacienda respecto a las medidas de carácter presupuestario y fiscal incluidas, algo "esencial" para elaborar un cuadro macroeconómico "consistente y coherente".
En caso de que no se faciliten esas medidas, la AIReF estima oportuno que el proceso de aval se realizase en dos etapas, siguiendo las buenas prácticas de otros países del entorno: una para valorar un cuadro macroeconómico inercial, y otra del cuadro completo tras conocer el detalle de las medidas propuestas.
Además, considera que el Gobierno debería elaborar un escenario económico completo al menos con un horizonte de cuatro años, con necesidades de inversión y de gasto y el detalle de las medidas fiscales.
A su juicio, el nuevo marco fiscal europeo ha de descansar en "una estrategia genuina de planificación presupuestaria a medio plazo" para así aumentar la probabilidad de que los gobiernos puedan hacer frente a las exigencias de gasto y reducir al mismo tiempo los elevados niveles de deuda.