Los bancos creados por las antiguas cajas de ahorros lograron un beneficio atribuido de casi 4.700 millones de euros en la primera mitad de 2021, incluyendo los resultados extraordinarios derivados de la fusión entre CaixaBank y Bankia, lo que supone un incremento interanual superior al 500%.
Según una nota remitida este miércoles por la asociación que agrupa a estas entidades, sin tener en cuenta esos extraordinarios, el beneficio ordinario sería de 1.766 millones de euros, casi un 132% más, debido entre otras cosas a las menores provisiones y pérdidas por deterioro de activos.
En cuanto a los ingresos, el margen de intereses se redujo un 1,3% hasta 4.682 millones de euros, debido al impacto de la caída del euríbor en el crédito hipotecario, así como a los cambios en la estructura de la cartera, con un mayor peso de los préstamos ICO y menores ingresos procedentes de préstamos al consumo y renta fija.
La reactivación de la actividad comercial permitió un repunte de las comisiones (7,4%), así como de los resultados de empresas participadas por estas entidades (65,6%) y de los ingresos por dividendos (44,7%).
Esta mejora no llega a compensar el descenso del margen de intereses, del ROF y de las ganancias por explotación, que el año anterior se anotaron ingresos no recurrentes.
Por el lado de los gastos, el esfuerzo de contención y de reestructuración realizado por las entidades permitió una ligera reducción de los gastos de explotación, sin incluir los costes extraordinarios asociados a la citada fusión.
Asimismo, la dudosidad del crédito se mantiene contenida, en un 3,8% en junio, lo que supone 0,23 puntos porcentuales menos que en el mismo mes del ejercicio anterior.
Además, las entidades de la CECA reforzaron su solvencia al alcanzar una ratio de capital de máxima calidad CET1 del 13,9% de media en junio 2021, 0,21 puntos porcentuales más que un año antes, con lo que supera de forma holgada los requerimientos mínimos de capital exigidos por el Banco Central Europeo (BCE).