Fini Golosinas sigue haciendo del mercado internacional una de sus principales palancas de crecimiento, también a través de productos específicos para ciertas regiones del mundo. Así pues, la apuesta de la compañía por adaptar sus golosinas más populares al consumo Halal y Kosher sigue reforzándose, hasta alcanzar las 540 toneladas de producción en 2016, un 5% más que el ejercicio anterior, donde la firma superó los 515.000 kg.
De esta manera, las golosinas especialmente elaboradas para consumidores musulmanes y judíos ya se han consolidado en el catálogo de la marca, que cuenta con unas 400 referencias que se distribuyen en más de 20 países, tales como Israel, EEUU, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Kuwait, Líbano, Catar o Turquía. En consonancia con esta estrategia, la multinacional española también ha impulsado su participación en ferias especialmente relevantes para el mercado de Oriente Medio, como la reciente Gulfood 2017, donde la marca expuso sus últimas novedades en confitería Halal.
La creación de estos productos ha supuesto para la compañía un esfuerzo adicional en I+D+i, como explica Antonio Andrés Sánchez Bernal, presidente de Fini Golosinas: “la producción de golosinas Halal debidamente certificadas supone la eliminación de ciertas gelatinas de origen animal en el proceso de fabricación, así como la implantación de análisis periódicos de ADN y procedimientos de limpieza que garanticen la ausencia de contaminación cruzada”. En cuanto a las propuestas Kosher, “se requiere el uso de materias y protocolos de higienización directamente supervisados por un rabino, que también está presente durante el momento de la fabricación”, destaca el directivo.
MERCADO ESPECIALIZADO TAMBIÉN EN ESPAÑA. Fini Golosinas se convirtío hace más de 20 años en una de las marcas de confitería pioneras en el desarrollo de golosinas Halal y Kosher, adelantándose a una demanda que ha crecido hasta la actualidad de forma sostenida. De hecho, aunque la mayor parte de este tipo de producción se dirige a la exportación para países del norte de África y Oriente Medio, “en España también existe una petición constante de estas referencias por parte de las comunidades musulmanas y judías”, según afirma la propia compañía.
Paralelamente, la exigencia de las certificaciones para este segmento ha evolucionado, dando lugar a diferentes calificaciones por parte de las entidades que controlan este ámbito. “En los últimos años hemos subido el nivel de certificación, buscando la máxima calidad también bajo estos estándares de producción”, explican desde la empresa, y continúan: “hemos trabajado para ofrecer un Kosher de alto nivel y, además, hemos pasado de usar gelatina apta para Halal a conseguir productos de este tipo 100% certificados por el Instituto Halal y Halal Consulting”.