Optimizar rutas, pilotar vehículos eléctricos y desarrollar programas de colaboración en logística inversa como el caso de Sigre son algunas de las tareas que centran los esfuerzos de las empresas de distribución farmacéutica para reducir su huella de carbono, tal y como expuso el director de Operaciones de Hefame, Nacho Satorre, en el panel de expertos ‘Cómo optimizar las rutas de distribución para reducir los tiempos de entrega y los costos operativos’, celebrado en Madrid, en el marco de Pharmalog 2024.
Durante su intervención, el directivo expuso algunas de las acciones que Hefame lleva a cabo para mejorar su eficiencia y reducir su impacto ambiental, y explicó que actualmente trabajan en el desarrollo de un ‘sistema de voluminizado’ con inteligencia artificial (IA) para analizar cómo la forma de los productos condiciona la cantidad de ellos que cabe en las cubetas (bandejas) que utilizan para los repartos a las farmacias.
“Para ser más eficientes”, indicó Satorre, “debemos evitar transportar ‘aire’. Aprovechar mejor el volumen, permite usar menos cubetas, reducir el transporte y emplear vehículos más pequeños de menor consumo”. “Con herramientas de ‘machine learning’ podemos maximizar el llenado de las cubetas, optimizar el transporte y ser más sostenibles”, explicó.
Satorre defendió que los proyectos sostenibles deben serlo a la vez ambiental y económicamente para que las empresas puedan asumirlos, y añadió que deben ser transversales (que impliquen a todas las áreas de la organización), apoyarse en indicadores (como cualquier otra área de negocio), y evolucionar siguiendo un compromiso de mejora continua.
La cooperativa trabaja también en el desarrollo de un proyecto cuyo objetivo es optimizar la logística a las farmacias, replicando el modelo de aprovisionamiento que lleva a cabo desde sus almacenes reguladores a los centros logísticos que tiene en todo el país.
El director destacó que Hefame trata de buscar medidas “creativas y personalizadas” para reducir la huella de carbono, y citó como ejemplo F+Online, un proyecto que está permitiendo a su cooperativa hacer frente al problema de la contaminación que genera el transporte de última milla, agravado por la expansión del comercio electrónico.
Consiste, tal como explicó, “en un modelo B2B4C (de Hefame (B) a la farmacia (B) para el consumidor (C)) a través del cual Hefame les hace a las farmacias su e-commerce, y, apoyándose en la logística de la cooperativa, les ofrece un servicio de entrega en horas”.
Se trata, dijo, “de una fórmula que evita totalmente emisiones, dado que más del 98% de los pedidos online se recogen en farmacia”. Para hacer las entregas de estos pedidos, Hefame no tiene que incrementar los viajes ni las rutas, porque utiliza sus repartos habituales. Más de 22.000 farmacias distribuidas por todo el país, una de las mayores redes de hubs urbanos y rurales del territorio nacional, con un horario muy amplio, facilitan la recogida.
Respecto al consumo de energía en almacenes y centros de distribución, el ejecutivo recordó que está ligado principalmente a la necesidad de mantener el almacenamiento en condiciones óptimas, especialmente de refrigeración, y señaló que la cooperativa lleva años trabajando en la instalación de paneles solares, recubrimientos reflectantes y sistemas de climatización eficientes, que están permitiendo reducir el consumo energético y, con ello, las emisiones a la atmósfera.