La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha manifestado su apoyo a Navantia pese a reconocer “retrasos técnicos” en el programa de submarinos S-80 con el que España quiere posicionarse internacionalmente como autoridad en el diseño de los sumergibles no nucleares más avanzados del mundo.
Robles, quien ha realizado estas declaraciones tras reunirse en la factoría de Navantia en Cartagena con los responsables del programa, ha explicado que los hay con el primero de la serie, el S-81 Isaac Peral, pero tiene “confianza en que se seguirá avanzando en los distintos pasos”, por lo que ha mostrado su “apoyo total” a los trabajos realizados por el astillero público.
Ha recalcado la importancia del S-80 para la Armada, un programa “esencial y fundamental”, cuando el S-81 iba a entregarse esta primavera, fecha que se retrasó al primer semestre de este año y que se ha vuelto a demorar sin haberse marcado un nuevo plazo, que podría rondar finales de 2023.
Al término de la reunión, Robles ha mantenido un encuentro con miembros del comité de empresa de Navantia, cuya plantilla en Cartagena lleva desde mediados de enero con “medidas de no colaboración”, esto es, no hace excesos de jornada, no trabaja fines de semana ni festivos ni realiza ampliaciones.
Robles les ha transmitido que no entra en la planificación que haga Navantia porque no es competencia de Defensa, pero que ayudará al “incremento de plantilla para que el programa sea más rápido”.
El presidente del comité, José Antonio Sánchez Cañavate, ha señalado que el encuentro ha sido “muy positivo” porque Robles se ha puesto del lado de los trabajadores y "entiende que la potenciación y la inversión que se ha estado haciendo en Defensa tiene que ir aparejada a una creación de puestos de trabajo”, un “tirón de orejas” a la empresa, cuyo presidente, Ricardo Domínguez, estaba presente en la reunión y ha escuchado el “recado” de la ministra.
No obstante, ha aclarado que el retraso del S-80 no es achacable a la plantilla, pues la falta de personal “se ha suplido con carga de trabajo excesiva de todos los empleados, sean de plantilla o de industria auxiliar”.
“Hay retrasos técnicos que se han ido resolviendo”, ha señalado Sánchez, quien ha apuntado que “se ha hecho un esfuerzo enorme por dar cumplimiento a los hitos en la entrega de submarinos, pero ha llegado un momento en el que la plantilla está a tope y no puede ser ya”. “Rozamos la ilegalidad o la irregularidad, según la ley”, ha advertido.
Ha explicado que el problema de personal de la compañía “es estructural” y se remonta al expediente de regulación de empleo aplicado desde 2018, que ha dejado la plantilla en más de 970 trabajadores, cuando serían necesarios 1.200, entre ellos, soldadores y panelistas.
Navantia no les ha abonado el incremento del 3,5 % salarial de 2022 y tiene pendiente la clasificación de personal.
Robles ha mantenido para tratar el mismo asunto una reunión con distintos altos mandos de la Armada.