La Comunidad pondrá en marcha este curso diez nuevos comedores escolares, y en total serán 238 los centros que contarán con este servicio del que se beneficiarán 16.000 alumnos. Para estos nuevas instalaciones la inversión ronda los 500.000 euros, según explicó este lunes la consejera de Educación, Esperanza Moreno, durante su visita al comedor del CEIP Reino de Murcia.
Moreno destacó que el servicio de comedor escolar que la Consejería pone a disposición de las familias “supone un importante medio para el sostenimiento de la conciliación de la vida laboral y familiar”, además de ser “un excelente medio para que los más pequeños puedan desarrollar hábitos saludables, de convivencia, y de capacidad para compartir con alumnos de otros cursos, reforzando su identidad e interacción”.
La Consejería de Educación destina 4’3 millones de euros a este “servicio esencial” para conciliar la vida familiar que son los comedores escolares, de los que 3’8 millones corresponden exclusivamente a becas de comedor. De los cerca de 16.000 alumnos que utilizan este servicio, 6.000 de ellos lo hacen en régimen de total gratuidad.
Los centros que comienzan el curso escolar estrenando comedor son los CEIP Feliciano Sánchez y José María Lapuerta de Cartagena; y el CEIP José Marín de Cieza, además de los CEIP Nuestra Señora de la Encarnación de la Raya; Nuestra Señora de las Mercedes de la Puebla del Soto y el San Pio X, todos ellos pertenecientes al municipio de Murcia.
A lo largo del curso escolar está previsto poner en funcionamiento cuatro comedores más, que darán servicio a otras 250 familias. Estos corresponden al CEIP Artero de Bullas, que también dará servicio a los otros centros de la localidad; el CEIP Virgen del Pilar de la Estación de Blanca; y los CEIP Nuestra Señora de la Antigua de Monteagudo (Murcia) y San Agustín de Ojós.
Al mismo tiempo, la Consejería da cobertura aquellos centros que al no disponer de un número suficiente de comensales para tener servicio propio y por cercanía, comparten el servicio con otros colegios, como en el caso de Abarán en el CEIP Juan XXIII, o en Cieza en el caso del CEIP Gerónimo Belda, que acogen alumnado de centros cercanos. Se trata de una manera de optimizar este servicio público tan demandado y de reforzar la cooperación entre los distintos centros y sus respectivas comunidades escolares.