España ocupa el décimo puesto entre los países que más invierten en la tecnología robótica, con 53.000 robots instalados en 2018, es decir, 16,8 por cada mil trabajadores.
En total, se estima que las compañías que más utilizarán esta tecnología serán las automovilísticas, las electrónicas, las metalúrgicas y las relacionadas con la fabricación de maquinaria, según la Federación Internacional de Robótica (IFR, por sus siglas en inglés), que este lunes ha dado a conocer los datos en Londres.
Los expertos recuerdan que el sector ha experimentado un crecimiento sostenido desde 2013, año en el que se fabricaron 178.000 robots de este tipo.
Pese a este crecimiento continuado, Patrick Scwarzkopf, director general de la organización VDMA (Asociación de la Industria de Ingeniería Mecánica Alemana) y miembro de la IFR, precisó que en 2019 hubo un "estancamiento" en el uso de esta maquinaria por la "guerra comercial entre China y Estados Unidos".
Para 2020, sin embargo, la federación espera un repunte y que se alcancen las 465.000 unidades instaladas, y que en 2022, los robots industriales instalados sean más de 580.000 unidades.
En cuanto a los países donde más se está invirtiendo en esta tecnología, China está a la cabeza y en 2018 (último año del que se tiene registro oficial por parte de la IFR) adoptó 154.000 robots.
Le sigue Japón, con 552.000 unidades instaladas y Estados Unidos, que agregó 404.000 robots a su cadena productiva.
España ocupa el décimo puesto en esta lista, con 53.000 robots instalados en 2018.
En cuanto a la densidad por empleado, en nuestro país se calcula que existen 16,8 robots por cada mil trabajadores. Alemania es la reina de esta estadística al poseer 338 por cada millar de trabajadores. Para responder a quienes piensan que los robots "le roban el trabajo a las personas", Schwarzkopf explicó que es necesario que la gente entienda que "hay cosas que los trabajadores pueden hacer y las máquinas no y viceversa".
"Lo que es fácil para niños es complicado para las máquinas y viceversa. La perspectiva para el futuro es combinar las capacidades de ambos y rechazar la idea de que los robots quitan el trabajo", añadió Scwarzkopf.
El experto reforzó esta idea con el dato de que en la industria alemana del motor la implantación de robots ha aumentado un 36% desde 2011, mientras que el número de empleados, en lugar de decrecer, se ha incrementado en un 18%.
Junto a los datos de la IFR se presentó también el Índice Automática, una encuesta realizada a 7.000 empleados de siete países para conocer su opinión sobre la robótica en el trabajo.
Según cifras recogidas en el Reino Unido, el 74% del personal piensa que la importancia de la robótica aumentará en el futuro, y el 68% apunta que el desarrollo de este tipo de tecnologías es algo imprescindible y esencial para la competitividad de la empresa.
Durante el evento, Mike Wilson, director de la British Automatic Robot Asociation, señaló las principales virtudes de la robótica para el futuro y su integración dentro del Brexit.
Wilson explicó que una utilización eficiente de los robots provocará un "mejor uso del espacio y la energía, alargará las horas de producción, mejorará la seguridad -al hacer las máquinas las actividades más peligrosas- y dará trabajos mejor remunerados a los empleados".
Respecto al Brexit, Wilson recalcó la necesidad de asegurar que el Reino Unido sea competitivo en términos productivos en el futuro, ya que "va a ser imposible reemplazar a todos los trabajadores que se están yendo y que se van a tener que ir", debido a las restricciones migratorias.