Un año más, todas las ilusiones y el optimismo están puestas en la nueva campaña citrícola, que viene marcada por dos factores muy importantes, que son la extraordinaria calidad y la importantísima internacionalización, y que si no se produce ningún contratiempo, va a transcurrir con una tónica muy positiva.
El sector citrícola español es muy dinámico y activo, tiene una gran expansión internacional, pero no es menos cierto también que se enfrenta a una feroz competencia por parte de países terceros como Sudáfrica, Marruecos, Turquía, Egipto, Jordania, Israel, Túnez, etc. Debemos tener muy presente, que para competir con los países citados anteriormente, es vital seguir apostando por la calidad y llevar a cabo una racionalización de los costes de producción, y crear una verdadera imagen de marca.
Mientras que el sector no haga sus deberes, estamos en desventaja total con nuestros competidores, y mientras que capítulos tan importantes como el marketing, la comunicación y promoción, no sean tenidos en cuenta por los actores de este sector, vamos a seguir perdiendo oportunidades para ser más competitivos.
El sector de los cítricos tiene que reinventarse y, lo que es más importante, identificar las asignaturas pendientes para afrontarlas y hacer más fuerte y sólido al mundo del cítricos. Somos plenamente conscientes de que tenemos un gran futuro por delante, pero necesitamos más unión y cohesión en muchos aspectos.
Si hacemos las cosas bien, no caeremos en burbujas ni en excesos de oferta, pero siempre y cuando, los profesionales del sector sean capaces de producir atendiendo a la demanda y no solamente porque un producto tiene buenos precios.
- Aviso a Navegantes: Con inteligencia, racionalidad y responsabilidad, podemos construir un futuro para el sector citrícola español muy rentable, dinámico y próspero.