Los bancos creados por las antiguas cajas de ahorros ganaron en conjunto 7.079 millones de euros en 2021, un 232% o casi 3,5 veces más que los 2.129 millones que sumaron en 2020 por el impacto extraordinario de las fusiones del sector, entre ellas la absorción de Bankia por CaixaBank.
Si se excluye este efecto, el resultado recurrente de estas entidades fue de 3.336 millones de euros, gracias a que la vacunación para hacer frente a la covid-19 y el inicio de la recuperación económica permitieron reducir las pérdidas por deterioro de activos financieros, que fueron 2.557 millones menos que en 2020.
Según explica la patronal del sector, CECA, en un comunicado, esto favoreció la mejora de los resultados y elevó la rentabilidad sobre fondos propios (ROE sin ajustes extraordinarios) al 5,7% en 2021, frente al 3,5% del año anterior, lo que supuso recuperar los niveles previos a la crisis sanitaria.
En cuanto a los principales márgenes de la cuenta de resultados, el de intereses -que incluye casi todos los ingresos- se redujo un 5,3%, hasta 9.216 millones de euros, debido a "la persistencia de un euríbor en niveles mínimos".
También influyeron los cambios en la estructura de la cartera, con un mayor peso de los préstamos ICO y unos menores ingresos procedentes de préstamos al consumo y renta fija, explica la patronal.
La reactivación comercial ayudó al repunte del 10,5% registrado por las comisiones, así como a la de los resultados de empresas participadas, que mejoraron un 17,2% y los ingresos por dividendos, que lo hicieron casi un 20%, mejora que no pudo compensar el descenso del margen de intereses, del resultado de operaciones financieras (ROF) y de los ingresos de explotación.
En el apartado de los gastos, el esfuerzo de reestructuración hecho por las entidades se tradujo en una reducción de casi el 2% de los gastos de explotación, que no incluyen los costes extraordinarios asociados a las citadas fusiones.
De esta forma, el margen bruto -que añade ingresos por comisiones- cayó un 3,4% y se situó ligeramente por debajo de los 16.000 millones de euros, lo que permitió que el ratio de eficiencia (sin gastos extraordinarios) se elevara hasta el 58,5%.
A pesar del deterioro cíclico que ha registrado la economía como consecuencia de la pandemia, la morosidad de la cartera crediticia se mantuvo en el 3,8%, apenas 0,4 puntos porcentuales menos que un año antes. Asimismo, respecto a la solvencia, las entidades del sector recuperaron el año pasado un nivel del 13,4%, similar al previo a la crisis de la Covid-19.
