Hace unos días, conocíamos los resultados de un estudio sobre las pymes de la Región de Murcia. Realizado por Amefmur en colaboración con el Colegio de Economistas, los resultados nos dejan una conclusión clara: las empresas familiares gozan de un buen estado de salud. No porque el contexto sea fácil o porque contemos con múltiples apoyos externos, sino porque todos aquellos valores que nos caracterizan nos permiten afrontar en mejores condiciones cualquier circunstancia.
Si han leído ese informe o sus conclusiones, coincidirán conmigo en esta reflexión. Y es que este estudio se suma a otros muchos anteriores que ponen de manifiesto fortalezas que nos convierten a las empresas familiares en el pilar principal del Estado del Bienestar.
El arraigo, la implicación con el entorno en el que nacemos y trabajamos, el compromiso a largo plazo, el sentido de la responsabilidad o la capacidad de adaptación en momentos difíciles, son solo algunos ejemplos de esto que les hablo.
Por supuesto que hay amenazas y aspectos que reforzar o sobre los que incidir. Desde Amefmur, trabajamos para identificarlos y para crear las condiciones necesarias que permitan afrontar estos retos lo mejor preparados que sea posible.
El tejido empresarial español, esto no es algo exclusivo de las empresas familiares, debemos trabajar en mejorar nuestra competitividad. Un repaso por el informe al que estamos haciendo referencia es muy útil para encontrar qué nos frena: inflación, altos costes de la energía o la falta de personal cualificado. No es una realidad nueva, lo que no impide que sea necesario tomar decisiones para cambiar unas tendencias que se están transformando en males crónicos con los que es muy difícil trabajar día a día.
Reducir la carga fiscal, avanzar en la simplificación administrativa o reforzar las herramientas para facilitar la inversión son aspectos de los que, desde Amefmur, llevamos tiempo hablando y que también comparten los directivos encuestados en este estudio.
Igualmente significativo es que aparezcan como preocupaciones principales, con valores por encima de la media española, cuestiones como los costes de la sostenibilidad o la digitalización. En ambos aspectos no hay ninguna duda sobre la implicación de los empresarios.
Somos conscientes de que son retos a los que debemos hacer frente y que, además, tienen una importancia clave en nuestro futuro. Por eso, seguimos trabajando en la búsqueda de soluciones y en la adopción de medidas que permitan avanzar en estas áreas. Sin duda, son dos aspectos cruciales para garantizar la viabilidad y el éxito de nuestras empresas en un entorno cada vez más globalizado y cambiante.
Tenemos que ser capaces de centrar nuestros esfuerzos en aspectos económicos que son la base de nuestra actividad, a la vez que apostamos por una gestión responsable, sostenible y ética. Es un reto que nos exige estar siempre alerta, adaptarnos a los cambios y buscar nuevas formas de hacer las cosas.
En este sentido, la colaboración y el intercambio de experiencias es fundamental para seguir avanzando. Desde Amefmur, promovemos constantemente la participación en eventos y actividades que nos permiten aprender de otros y compartir conocimiento.
Además, no podemos dejar de mencionar la importancia de la innovación. En un mundo cada vez más competitivo, es imprescindible estar a la vanguardia y buscar constantemente nuevas formas de mejorar y diferenciarnos. Por eso, debemos impulsar la innovación, fomentar la colaboración y el intercambio de conocimientos.
En definitiva, aunque el estado de la empresa familiar, tal y como demuestra este estudio, sigue gozando de buena salud, tenemos mucho camino por delante. Somos hoy, y lo seguiremos siendo mañana, protagonistas del desarrollo social. Sigamos trabajando juntos para hacer de nuestras empresas familiares un motor de progreso. Por nuestra parte no va a faltar constancia, responsabilidad e implicación.