Laura Cárdenas (www.lauracardenas.es) se ha convertido en el cambio que deseaba ver en el mundo. Consultora de sostenibilidad corporativa, atesora 20 años de experiencia en comunicación y cooperación internacional.
En su trayectoria, ha trabajado para la ONU en República Dominicana y Ecuador, así como otros organismos de cooperación internacional como la Fundación Internacional para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP) en España, y en proyectos de la Comisión Europea. También acredita experiencia en medios de comunicación nacional, prensa, agencias y televisión.
Actualmente, Lara Cárdenas (en Twitter @lauracardenas79) asesora a una empresa puntera en economía circular: Belda Lloréns. Se trata de una compañía alicantina pionera en crear hilos que en su composición incluyen fibras recicladas, y que están adoptado marcas como Tutto Piccolo o Ecoalf.
Además, diseña y ejecuta políticas, estrategias y planes de sostenibilidad corporativa y de RSC de empresas. Tras el impacto de la Covid-19, cree que a partir de ahora se van crear empresas “más fortalecidas y resilientes”, con una mayor “capacidad de leer y de ser sensibles a lo que acurre en el mundo”. Un mundo que, a su juicio, debe tener como hoja de ruta los Objetivos de Desarrollo Sostenible para construir un planeta más justo y equitativo en las relaciones Norte-Sur.
¿Qué es para usted la RSC?
Para mí, la RSC es la generación de valor para todos tus grupos de interés y, lo que es más importante, no es ‘una’ estrategia más de la empresa, es ´la´ estrategia de la empresa, como bien nos apuntó el profesor y responsable de RRHH y RSC de Jisap, Lucio Fernández.
Una de las partes más bonitas de mi trabajo es que cuando comienzas a trabajar la RSC en una empresa u organización pones en valor muchas acciones que realizaban pero que no tenían enmarcadas en una política y, finalmente, la estrategia de RSC se convierte en un sistema de gestión económico, social y medioambiental, así como en un catalizador de la innovación.
¿Por qué eligió cursar el Máster de RSC que se imparte en la Universidad de Murcia?¿Quién te lo recomendó?
Llevo trabajando en RSC desde 2012 y aprendiendo de forma autodidacta. Estuve estudiando la oferta formativa de varios másteres en toda España y realmente creo que la de la Universidad de Murcia es la mejor, no solo por los años que lleva, sino por el valor que le aporta la Cátedra de RSC y la alianza con empresas. Como vivo en Alicante y tengo niños muy pequeños llevaba tres años queriendo hacer el máster pero sin encontrar la fórmula para conciliar. Me propuse al menos hacer un módulo en 2020 para poder sacarme el máster poco a poco. Pero me quedé tan fascinada con el módulo y con la calidad del grupo que no he podido dejarlo y lo voy a terminar este año. ¡Estoy muy contenta!
¿Cuál es la gran enseñanza que se lleva del Máster de RSC?
Lo que más me ha aportado el máster es la importancia de poder realizar correctamente el diálogo con los grupos de interés. La metodología que ha desarrollado la UMU para el análisis de materialidad es fantástica y creo que debería ser un ejercicio obligatorio en todas las empresas por el gran valor que aporta.
Si pudiera regresar en el tiempo, con la experiencia, conocimientos y contactos que ha acumulado, ¿volvería a cursar la misma formación?
Sin duda. Yo la RSC me la encontré, vino a mí de forma natural, y fue un flechazo. Vengo del campo de la cooperación internacional, en el que sigo trabajando, pero con los años me di cuenta que tenía mucho más impacto en el medio ambiente y en los derechos humanos trabajar de mano de las empresas que muchos proyectos de cooperación.
¿Cuáles son las principales ventajas y beneficios para las empresas de apostar por la RSC?
Hay muchos y los resultados se ven en el corto plazo: genera confianza en tus grupos de interés, sentido de pertenencia a la empresa, mejora la gestión, pone en valor intangibles, es un ‘driver’ para la innovación, atrae el talento… Pero, sobre todo, genera una nueva propuesta de valor y hace que toda la empresa trabaje en torno a su propósito.
En su opinión, ¿cuáles son los principales errores que se están cometiendo en torno a la RSC? ¿Y cómo pueden subsanarse?
Creo que en algunos casos los ODS se están instrumentalizando, pero más bien por falta de conocimiento. Pienso que, poco a poco, se aplicarán de forma más adecuada. De nada sirve poner en tu memoria que contribuyes a un ODS u otro si no hay una estrategia detrás que analice tus temas materiales y tus riesgos de forma global.
Aún se escucha en muchos foros que algunas organizaciones apuestan por la RSC por cosmética, por lavado de imagen. ¿Qué opina?
Creo que es fundamental la labor de la sociedad civil y los organismos internacionales para monitorizar las vulneraciones de derechos humanos y al medio ambiente que aún se realizan en muchas partes del mundo. Solo con su presión y la nuestra como consumidores conseguiremos que las empresas, y también las administraciones públicas, sean cada vez más responsables con su entorno. Pero, en general, creo que las empresas son como las personas, hay muchas incoherencias. Es completamente natural, no pueden ser perfectas, y creo la corriente que hay para ser más sostenibles es ya imparable.
¿El coronavirus acelerará la implantación de la responsabilidad social en las organizaciones?
Según dicen los expertos y expertas, en algunas organizaciones se va a acelerar y en otras se van a ralentizar. Se van a acelerar los esfuerzos de transformación más honesta y van a caer los que tienen que ver con el marketing. Quizás veamos menos ruido, más ‘market maker’, organizaciones y empresas que van a actuar y a hacer menos ruido. Se van crear empresas más fortalecidas y resilientes con más capacidad de leer y ser sensibles a los que acurre en el mundo. Creo que la sensibilización empresarial está creciendo, si bien trasladarlo a la gestión requiere de dedicación, recursos y formación.
-Sobre la Agenda 2030 de Naciones Unidas y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, ¿hasta qué punto la empresa es clave para construir un mundo mejor con esta hoja de ruta?
Todo el mundo era consciente de que los gobiernos, de forma aislada, no podrían por si solos acabar con la pobreza y luchar contra el cambio climático, por señalar algunos de los principales ODS. Era necesario que las empresas, por el gran impacto que tienen en la generación riqueza, y en el respeto o no a los derechos humanos y al medio ambiente, se comprometieran con estos objetivos.
El gran aporte de los ODS es que han hecho que el tema sea un ‘mainstream’, un enfoque global que está en boca de todos y, ahora, se ven de alguna forma obligadas y por otra seducidas por la rentabilidad a nivel de reputación les aporta reportar en clave de ODS. Gracias a los ODS hay un lenguaje común y se ha visualizado la necesidad de trabajar en alianzas entre gobiernos, sector privado y sociedad civil para lograr un mundo más justo y equitativo.
¿Cuáles son los principales ejes estratégicos de RSC de las empresas a las que asesora?
Ahora estoy asesorando a una empresa puntera en economía circular, Belda Lloréns. La empresa, que tiene más de sesenta años, es pionera en crear hilos que en su composición incluyen fibras recicladas y que ya han adoptado las mejores marcas de moda de todo el mundo.
Su propósito es liderar el cambio para la transición hacia una economía circular y colaborativa centrada en las personas y en el planeta y para ello hemos creado la política de sostenibilidad corporativa ‘Be the change’, que consta de tres ejes.
El primer eje es ‘Be Circular’, con la que Belda se compromete a minimizar el impacto medioambiental de nuestros productos y servicios siguiendo la filosofía de reducir, reutilizar y reciclar. El segundo eje es ‘Be excellent’, con acciones encaminadas a mantener unos estándares de excelencia para la mejora continua de nuestros productos y servicios y la adaptación a las necesidades de nuestros clientes y proveedores. Y, por último, ‘Be fair & equal’, para garantizar ambientes laborales estables y seguros, en donde la igualdad de oportunidades, el desarrollo profesional y el aprendizaje continuo sean una realidad.
¿Cómo fomentan la comunicación y diálogos con los grupos de interés? ¿Y cuáles son las principales buenas prácticas que destacaría?
En Belda Lloréns hemos realizado por primera vez el análisis de la materialidad y la encuesta que realizamos a clientes, proveedores, empleados y sociedad fue muy enriquecedor. En cuanto a buenas prácticas la empresa es un ejemplo de cómo introducir la economía circular en la gestión de la empresa.
Sus productos están realizados de materiales reciclables, certifican también que a lo largo de toda la cadena de suministro se han respetado los derechos humanos, y aprovechan todos sus residuos para reintroducirlos en su cadena de producción o para su valoración por parte de otras industrias. Gracias al trabajo que hemos realizado van a dar el salto también a ser neutros en carbono.
¿Cuáles son las claves de la comunicación en RSC para que sea eficaz y llegue a la sociedad?
Para empezar, primero hay que tener una política de RSC y una estrategia definida. Muchas empresas y organizaciones tienen acciones aisladas y las comunican de forma aislada. El tener una política de RSC y una estrategia te permite crear un nuevo relato de tu organización que primero tienen que interiorizar tus empleados y empleadas y, después, comunicar y hacer partícipes a todos tus grupos de interés.
Yo creo que el marketing y la comunicación no son enemigos de la RSC, sino grandes aliados. Pero hay que comunicar haciendo y ser coherentes. No vale comunicar que estás realizando colaboraciones con ONG´s si no te has preocupado por saber si se respetan los derechos humanos en tu cadena de suministro. Tiene que hacer mucha coherencia y mucha honestidad para que la estrategia de comunicación sea efectiva.
¿Cómo fue su experiencia profesional en Naciones Unidas y en América Latina?
Trabajar en Naciones Unidas ha sido de las experiencias más enriquecedoras de mi vida. No sólo por el impacto que tiene su trabajo en la defensa de los derechos humanos y la lucha con la desigualdad, sino por el nivel de profesionalización de la organización, a la vanguardia de la innovación en la gestión del conocimiento, de la gestión de personas, del ‘management’…
El haber conocido tan de cerca la situación de pobreza y falta de oportunidades de tantas personas en diferentes países te hace más consciente del impacto de nuestro sistema de vida y consumo de los países del Norte en cómo viven en los países del Sur. Y, por ello, la RSC es clave. Por suerte sigo trabajando como consultora para organismos internacionales y ese contacto con la realidad de “allá” hace que refuerce mi compromiso con mejorar las Responsabilidad Social Corporativa “aquí”.
Por último, recomiéndenos una frase, un libro y una persona que sea referente que le haya influido en su desarrollo personal o profesional.
“Conviértete en el cambio que deseas ver en el mundo", es una cita del libro ‘Cómo cambiar el mundo’, de David Bornstein.
He tenido la suerte de encontrar a muchas personas que me han inspirado y han sido un referente para mi: mi primer jefe en FAO en Ecuador, Iván Angulo, mi jefe en PNUD en República Dominicana, Miguel Ceara-Hatton o mi amiga María Jesús Conde, que ha sido representante de UNICEF en muchos países y es como mi hermana mayor.
Pero si tengo que quedarme con un referente me quedaría con dos: mi padre y mi madre. Ellos nos han inculcado a mi hermano y a mi desde pequeños la importancia de trabajar por una mayor justicia social, el tratar cada día de ser la mejor versión de nosotros mismos, y dedicarnos a lo que nos apasiona.