El presidente de la patronal española CEOE, Antonio Garamendi, ha insistido este jueves en Murcia, en la 46ª Asamblea General de CROEM, en que el Gobierno tiene “legitimidad” para reducir la jornada laboral, pero no puede hablar de que se haga con “diálogo social” cuando la norma se está planteando desde el “monólogo”.
“Si el Gobierno tiene prisa, que lo haga ya, pero que no hable de diálogo social, que sería tripartito”, ha advertido en la asamblea general de la patronal murciana que ha designado como nuevo presidente a Miguel López Abad.
Es “como si te invitan a jugar un partido y te dicen que vas a pasarlo muy bien, vas a perder 5-0 y a partir de ese momento, empieza a negociar”, ha comentado.
“No salimos a perder. Cuando se negocia, todo el mundo sale a ganar, especialmente España, y además sinceramente pensamos que lo que se quiere trasladar a futuro, lo ha dicho el Fondo Monetario Internacional y otras instituciones, es malo para España y especialmente para las pymes”, ha señalado sobre la reforma que el Ministerio de Trabajo quiere llevar al Congreso de los Diputados antes de septiembre.
Ha recordado que en España el 98% de las empresas tienen cinco o menos trabajadores, por lo que la reforma planteada tendrá un impacto importante sobre ellas y sobre los autónomos, por lo que estas decisiones “sin valorar realmente lo que significan” suponen a medio y largo plazo “un decrecimiento importante para la economía”.
La CEOE es “independiente” y tiene “todo el derecho a opinar” lo que considere oportuno, a levantar la voz cuando una reforma planeada por el Ejecutivo no le gusta y a pedir que se cambie.
Durante años los sindicatos han reivindicado la derogación de la reforma laboral sin ser cuestionados por ello, por lo que la patronal también está en su derecho de manifestar sus discrepancias con las políticas planteadas.
Preguntado de nuevo por el encuentro que el presidente de Argentina, Javier Milei, tiene previsto este viernes con la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha afirmado que la patronal no tiene “nada que decir”, pero ha recordado que España es el principal país inversor europeo y el segundo del mundo en ese país, por lo que sus empresas tienen grandes intereses allí y deben defenderlos, porque la internacionalización es clave para que la economía funcione.