El Consejo de Ministros ha aprobado la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) hasta los 1.184 euros brutos al mes en 14 pagas, una cuantía que por primera vez no estará exenta de tributar y que ha generado posturas encontradas en el seno del Gobierno de coalición.
El Gobierno ha dado luz verde a una subida del 4,4% (o 50 euros más al mes) del SMI que tendrá efectos retroactivos desde el 1 de enero y que fue acordada por el Ministerio de Trabajo y los sindicatos, pero no por la patronal.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha defendido este incremento que ayuda a reducir la desigualdad y que beneficiará a 2,4 millones de trabajadores asalariados, el 12,9% del total.
A España "le sienta muy bien" subir el SMI, ya que está permitiendo "el crecimiento robusto que hoy tiene" y facilita que el país "camine en la buena dirección", ha remarcado la vicepresidenta segunda, quien ha añadido que ésta "es una historia de éxito".
Este nuevo salario mínimo (16.576 euros brutos anuales) no estará exento de IRPF como venía sucediendo hasta ahora, ya que el Ministerio de Hacienda ha decidido no ajustar el impuesto, una decisión que justifica porque el tributo ya se ha reducido para las rentas bajas.
Aun así, muchos de los perceptores del salario mínimo seguirán sin tributar, algo que dependerá de su situación personal: un contribuyente con pareja y un hijo menor de tres años no sufrirá ninguna retención, igual que ahora, pero si es soltero y no tiene hijos se le retendrán 300 euros al año, casi la mitad de los 700 euros en que se incrementará su retribución.
Díaz afea la falta de comunicación y deliberación
La ministra de Trabajo ha insistido, tal y como ha defendido en las últimas semanas, en la necesidad de que los trabajadores que perciben el SMI sigan exentos de tributar y ha afeado a Hacienda que no haya habido "ni comunicación" de la decisión "ni deliberación" de la misma en el Consejo de Ministros.
"Hay que hacer pedagogía fiscal", ha apuntado Díaz, pero "creemos que la justicia fiscal empieza por arriba, no por abajo".
En ese sentido, la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, ha defendido que la recaudación "va en beneficio de mejorar las políticas públicas y los servicios públicos" de los que todos los ciudadanos "hacemos uso".
En respuesta a la decisión de Hacienda, Sumar ha presentado una proposición de ley en el Congreso de los Diputados para garantizar que el SMI esté exento de tributación al IRPF.
La vicepresidenta ha insistido en que esta subida beneficiará a las mujeres -el 17,6% de las trabajadoras cobran el salario mínimo, frente al 8,5% de los trabajadores varones- y a los jóvenes -el 26,8% de los trabajadores menores de 24 años cobra el salario mínimo-.
Así, la vicepresidenta segunda ha calificado esta subida del SMI como "una herramienta feminista por excelencia".
El aumento del SMI fue pactado hace dos semanas con UGT y CCOO, que reclamaban un alza del 6%, sin que fuera posible acercar posturas con la patronal, que pedía un incremento del 3% con el que no fue posible el acuerdo.
Esta medida demuestra que el diálogo social "goza de muy buena salud en nuestro país", ha dicho la titular de Trabajo, aunque ha reconocido que le hubiera gustado contar con el apoyo de la patronal.