Amazon, el gigante mundial de la distribución, ha estado ensayando en Murcia desde el verano un nuevo modelo de reparto con vistas a aplicarlo a sus modelos tanto en el resto de España como en otros países del mundo. Dicho modelo consiste en la subcontratación de la gestión de sus 'delivery station' (estaciones de entrega) a terceras empresas sin que ello reste un ápice de calidad al servicio a los clientes.
La empresa está muy pendiente de cómo está funcionando este experimento porque de su éxito dependerá que decida aplicarlo a otras ciudades tanto de España como de otros países. Además de en Murcia, este modelo de subcontratación también está siendo probado en Zaragoza, también con buenos resultados.
En este contexto, y de confirmarse la decisión de aplicar esta solución de externalización, el candidato para hacerse cargo de estos servicios sería la empresa Celeritas, filial de 'ecommerce' de SGEL, con la que Amazon ya estaría negociando un contrato.
En los pilotos, los almacenes, el personal y la gestión están externalizados. Es decir, Celeritas es la arrendataria de los centros y es quien contrata al personal que trabaja en dichas instalaciones, que tienen capacidad para gestionar varias decenas de miles de envíos diarios. El trabajo que se desarrolla en estos almacenes, sin embargo, está altamente estandarizado y se lleva a cabo con procesos totalmente reglados por Amazon. Ambos centros de Celeritas (el de Murcia y el de Zaragoza) trabajan en exclusiva para el gigante estadounidense.
A este tipo de estaciones logísticas es donde llegan en camiones los paquetes de los clientes de Amazon listos para una determinada provincia o ciudad y allí se preparan para su reparto por rutas. Son instalaciones intermedias, entre los grandes centros logísticos y de distribución que tiene Amazon en España y el reparto final de última milla, para el que se apoya en grandes carriers como MRW, Seur o Correos y otras pequeñas empresas. Son centros con entre 2.000 y 3.000 m2, donde se desarrolla actividad todos los días del año.
