El BBVA obtuvo un beneficio neto atribuido de 3.878 millones de euros en el primer semestre de 2023, un 31,1% más que un año antes, gracias a los mayores ingresos obtenidos, especialmente en España y México, ha informado hoy la entidad a la CNMV.
Solo en el segundo trimestre, el beneficio superó los 2.000 millones impulsado por el margen de ingresos, en un contexto de mayor actividad comercial, lo que permitirá al banco realizar una nueva recompra de acciones por importe de 1.000 millones de euros, una vez que obtenga las autorizaciones necesarias.
Los préstamos y anticipos concedidos a la clientela aumentaron un 5,4% en el periodo y se situaron en 380.949 millones de euros, con una tasa de mora del 3,4%, algo mejor que el 3,7% anterior, y una cobertura del 80% para proteger a esta cartera de posibles insolvencias, frente al 78% anterior.
Los depósitos confiados al banco por sus clientes sumaron 402.344 millones tras crecer un 6,6%, al tiempo que los recursos totales se situaron en 558.083 millones después de aumentar un 6,5%.
En cuanto a la solvencia, el ratio CET1 "fully-loaded" del grupo, que incluye todos los requerimientos de capital contemplados en la normativa, se situó en el 12,99%, ligeramente por encima del 12,56% de un año atrás.
Los indicadores que miden la rentabilidad, el ROTE y el ROE, se situaron en el 16,9% y el 16,2%, respectivamente, más elevados que en junio de 2022.
La filial de México continuó en cabeza en cuanto a aportación a las cuentas globales, con 2.614 millones de euros y un incremento interanual del 30,1%, espoleada por el "destacado crecimiento del margen de intereses, gracias al fuerte impulso de la actividad y a la mejora del diferencial de la clientela", explica.
En España, la entidad ganó 1.231 millones de euros, un 53,6% por encima del resultado alcanzado en el mismo periodo del año anterior, gracias al dinamismo del margen de intereses, que impulsó el crecimiento del margen bruto.
En cuanto al negocio, la inversión crediticia se situó en 170.715 millones de euros, un 0,5% menos, en parte debido a la amortización anticipada de hipotecas realizada por los clientes y también por los menores créditos concedidos a grandes corporaciones (-4,8%).
Sin embargo, el crédito se comportó mejor en otras áreas de negocio como el sector público, que creció casi un 23%, los créditos para consumo (+0,8%, incluyendo tarjetas de crédito) y los préstamos a empresas (+1,8%).
Los recursos totales de la clientela también retrocedieron ligeramente, un 0,3%, después de que los depósitos se redujeran un 3,2%, en favor de los recursos gestionados fuera de balance (fondos de inversión y de pensiones), que se incrementaron un 7,0%, en busca de una rentabilidad que de momento no ofrecen los depósitos de forma generalizada.
El margen de intereses, que refleja casi todos los ingresos, se situó a cierre de junio en 2.544 millones de euros, un 44,7% más, en tanto que el bruto creció un 19% y alcanzó los 3.630 millones, después de que las comisiones aportaran 1.093 millones (-1,5%) y la partida de otros ingresos y cargas de explotación se duplicara y alcanzara los 224 millones.
En esta línea de las cuentas es donde se incluyen tanto el impuesto provisional mencionado antes como la contribución anual que hacen los bancos al FUR o Fondo Único de Resolución europeo.
Asimismo, los gastos generales de explotación de la filial española crecieron un 6,4%, debido a la mayor retribución fija de la plantilla y a las medidas adicionales para compensar el impacto de la inflación.
Tras restar estos y otros gastos, el margen neto, el que mejor refleja la salud del negocio puramente bancario, alcanzó los 2.113 millones tras crecer un 19%, "muy por encima del ritmo de crecimiento de los gastos", destaca el banco.