Creado e imaginado por Grupo Orenes, Odiseo es un imponente edificio que ha sido creado con el propósito de situar la ciudad de Murcia en el mapa gastronómico gracias a una propuesta integral de ocio y disfrute en la que la cocina es el hilo conductor. Su vocación culinaria y el brillante trabajo desarrollado por Nazario Cano en este tiempo se han visto reconocidos con la obtención de una estrella Michelin en la edición 2021 de la guía, que ha sido presentada esta noche en una gala virtual celebrada en la Real Casa de Correos de Madrid. En dicha gala, también se ha confirmado que los otros dos restaurantes de la Región que cuentan con el reconocimiento, La Cabaña, de Pablo González-Conejero, mantiene sus dos estrellas, mientras que Magoga, de María Gómez, en Cartagena, también mantiene la estrella que consiguió el año pasado.
Para el chef, este galardón es "una inyección de energía y motivación para todo el equipo en un año especialmente complicado para el sector" y un reconocimiento al esfuerzo realizado. Supone además un espaldarazo a su carrera y a la valiente decisión del cocinero de abandonar, El Rodat, donde había conseguido su primera estrella en 2017, en busca de nuevos retos profesionales: "Nos dio mucha pena dejar Jávea, pero estamos muy ilusionados con este proyecto tan especial donde esperamos dar continuidad y estabilidad a la estrella gracias también al apoyo de Grupo Orenes. Creemos que todavía tenemos mucho que dar; esto es solo el principio", añade.
Fuentes de la Compañía han destacado que "Odiseo ha sido creado para marcar un antes y un después en la oferta turística del Mediterráneo, hemos querido revolucionar el concepto de ocio integral aunando en un solo complejo la mejor oferta gastronómica con el mejor entretenimiento. Del mismo modo queremos agradecer a la organización de la Guía Michelin por elegirnos y reconocer al equipo de Odiseo por su gran trabajo, algo que sin duda nos impulsará a seguir creciendo”.
COCINERO POR VOCACIÓN. Nazario Cano (Alicante, 1973) comenzó su idilio con la profesión a la temprana edad de nueve años, "no por imposición, sino por pura vocación". Su abuelo era pescador y su padre, cocinero en La Goleta, un restaurante de cocina tradicional en Alicante, y por eso el mar, los salazones, el olor a carbón y los caldos de pescado que hacían para los arroces marineros están entre sus primeros recuerdos, impregnando de aroma y sabor cada plato que imagina. A los 12 años siguió a su progenitor hasta El Delfín, donde descubrió productos como el caviar y la trufa, que se llevaba a casa a escondidas para investigar y de los que aun hoy no se ha desprendido su cocina. Más adelante trabajó junto a figuras de la talla de Ramón Roteta, Martín Berasategui, Ferrán Adriá, Manolo de la Osa o Norberto Jorge, de la arrocería Casa Benigna, con quien viajó a Francia para conocer sus grandes comedores con dos y tres estrellas Michelin.
De cada maestro y de cada vivencia, Nazario fue absorbiendo algunos de los rasgos que hoy definen su cocina. Una cocina tan osada en apariencia como esencial en el fondo; donde hay tanta reflexión como intuición (la propia materia prima es la que lo inspira); que puede definirse como de autor pero también como de terruño, ya que se adapta a la despensa local del lugar en que se encuentra en cada momento; que resulta divertida (por estética, insólita, fácil de compartir...) pero, al mismo tiempo, reverencia un producto de primera y en la que se vale de técnicas primitivas (salazones, ahumados, sustanciosos caldos y fumets, etc.) en pro de reforzar el sabor.
DISTINTOS CONCEPTOS. En Odiseo ha creado un repertorio inagotable de conceptos culinarios que hacen que cada visita sea única y distinta a la anterior. "Otros colegas tienen que coger un avión para visitar sus diferentes negocios; yo, por suerte, solo tengo que tomar el ascensor", explica el chef, cuyo cargo en este nuevo proyecto bien podría ser el de responsable de emociones: "Me gusta decir que un cocinero no duerme, sueña, porque nuestra misión no es solo dar de comer bien, sino sorprender y hacer disfrutar al comensal".
En el restaurante informal del complejo Nazario ofrece un completo recorrido por su desbordante creatividad a través de más de un centenar de platos y pequeños bocados; en el piano bar –llamado Bar Rojo– ha diseñado una carta de cocina nikkei resultado de los cuatro años que vivió en Perú; y en el restaurante gastronómico –premiado con su primera estrella Michelin– recoge, a través de los menús Aglaia (90 €) y Ares (60 €), su esencia más pura: la querencia al mar que heredó de su abuelo; el domino de los arroces, que también le viene de cuna; la destreza con la caza y el guiso que adquirió en Las Rejas; la precisión técnica de los padres de la vanguardia vasca; el gusto por la parrilla y el sarmiento del clásico comedor norteño; su capacidad para mimetizarse con el entorno al reinterpretar productos y recetas murcianas y, cómo no, su manera de dar sentido y valor al concepto de mar y montaña en carnes que encuentran su enjundia en un fondo marino o en pescados y mariscos enriquecidos con sutiles pinceladas cárnicas.
Todo ello está arropado por un servicio de sala y un equipo de profesionales de primerísima división que hacen de Odiseo un espacio único en el Mediterráneo.
ODISEO EN CIFRAS. Odiseo un proyecto sin precedentes en nuestro país que alberga, en sus 15.000 m2 distribuidos en sus tres alturas, los tres restaurantes de Nazario Cano, el renovado casino de Murcia, una sala de espectáculos, tres terrazas y una discoteca. Tiene capacidad para 2.000 personas, ha dado trabajo a más de 280 profesionales –entre ellos, 45 cocineros y una compañía teatral propia– y ha sido posible gracias a una inversión de 35 millones de euros por parte del Grupo Orenes, uno de los grandes referentes del ocio en España. Además de la propuesta culinaria, destacan la arquitectura y el interiorismo de Odiseo, obra del murciano Manuel Clavel, y muy especialmente la piscina situada en la azotea del edificio que se posiciona como la piscina voladiza más grande de Europa y segunda del mundo.
CUATRO ESTRELLAS MICHELÍN. La estrella concedida a Odiseo, la cuarta para un restaurante de la Región, confirma que la Región de Murcia ha entrado en el mapa de la alta gastronomía en el último lustro. En estos años, Pablo González-Conejero consiguió la primera y posteriormente la segunda estrella Michelín para La Cabaña de la Finca Buenavista, mientras que el año pasado fue Magoga, el restaurante cartagenero dirigido por María Gómez, el que se hizo con su primera estrella.
Toca esperar otro año para David López y su Local de Ensayo, eterno candidato y que cada vez se sitúa más cerca de lograr para Murcia la quinta estrella.