El presidente de honor de MAPFRE, el aguileño Julio Castelo Matrán ha fallecido este martes en Madrid. Matrán estuvo vinculado durante más de 40 años a la compañía de seguros, donde desarrolló diferentes responsabilidades directivas en el Grupo, fue quien tomó el relevo en la Presidencia del Sistema Mapfre, en 1990, de Ignacio de Larramendi.
Padre del actual director general de Negocios y Clientes, Alfredo Castelo Marín, se incorporó a Mapfre en 1961 y, con apenas 28 años, en 1970, ya fue nombrado director general de Editorial Mapfre, constituida para difundir la cultura aseguradora en Latinoamérica, y que impulsó enormemente los inicios de la internacionalización de la compañía.
En Mapfre, también impulsó la creación y posterior internacionalización de CESVIMAP; promovió el Instituto de Seguridad Vial de Fundación Mapfre y creó el Centro Internacional de Formación de Directivos y el Código de Buen Gobierno de Mapfre.
Bajo su presidencia, que se extendió hasta 2001 -cuando fue sustituido por José Manuel Martínez, actualmente también presidente de honor-, se produjo la intensa internacionalización de la empresa, iniciada ya a mediados de los años 80. De su periodo son las adquisiciones de, entre otras, las operaciones de Puerto Rico, México, Brasil, Filipinas, Perú, El Salvador y Venezuela. También se abrió la primera oficina de reaseguro en Londres y se produjo la entrada en Irlanda y Turquía como operaciones de Mapfre Asistencia.
Entre otros hitos, cabe resaltar que: fue uno de los promotores de la creación del Baremo de Valoración de Daños Personales, sentó las bases de la primera alianza de bancaseguros en España, y creó la Comisión de Defensa del Asegurado, figuras pioneras que después se han generalizado contribuyendo a la modernización del sector asegurador en España.
El presidente de Mapfre, Antonio Huertas, ha destacado de Julio Castelo que "ha sido una figura, personal y profesionalmente, imprescindible para la Mapfre global que hoy conocemos. Sus valores, sus conocimientos, su enorme capacidad de trabajo y su extraordinaria generosidad dejan una huella inolvidable para todos los que tuvimos la suerte de conocerle y trabajar con él».
Desde que se jubiló en el año 2000 se volcó en su pasión, la construcción de maquetas de barcos; el primero fue el Juan Sebastián Elcano. Parte de su 'flota' están en la sala Peral del Museo Naval de Cartagena, ya que ha cedió 40 de sus barcos, a través de la Fundación Mapfre.