Fatari, una empresa ubicada en Cabezo de Torres, ha iniciado la plantación ecológica y producción comercial de setas de cardo, un cultivo novedoso que amplía el sector primario regional y ofrece un producto local y fresco que normalmente se encontraba de manera silvestre.
La seta de cardo es la variante más grande de la familia de hongos ostra, originario de los países del Mediterráneo. El consejero de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca, Miguel Ángel del Amor, visitó este martes esta empresa, la única de la Región dedicada al cultivo de este tipo setas, Pleurotus eryngii, donde destacó otro aprovechamiento más dentro de la economía circular que busca la Región.
Esta empresa también produce setas de chopo, Agrocybe aegerita, una de las primeras que se cultivó en Europa y que pertenece a la familia de los hongos micorrizas. “Su contenido en sodio es muy bajo, pero su alto contenido en potasio ayuda a eliminar líquidos, además de ser rica en fibra, minerales y vitaminas”, matizó el consejero.
Esta producción se basa en “el aprovechamiento de los residuos de la fabricación de cerveza, en concreto la cebada o bagazo que se produce tras la cocción, que sirve de alpaca base o sustento para el cultivo de setas
ecológicas, principalmente de cardo”.
Asimismo, este cultivo genera un residuo en suelo (micelio no productivo), medioambientalmente muy valioso, que puede ser utilizado para la descontaminación de los suelos y se ha demostrado su eficacia en la
actividad agrícola como nematicida.
La producción regional de las setas de cardo se acerca a los 90 kilos semanales. Su cultivo se divide en tres etapas, la primera fase consiste en la elaboración de sustrato elaborado con una mezcla a partir del bagazo, con el que se llenan bolsas especiales de cultivo de hongos. Después, se incuba el micelio de la seta a una temperatura controlada, un proceso que dura entre 35 y 45 días.
Durante la etapa de cultivo, la seta deberá estar aireada entre 12 y 20 grados de temperatura y con un grado de humedad en torno al 85% para que el hongo aparezca. La seta de cardo es una de las más apreciadas en el sector culinario por su sabor y aroma. Además, “regula la actividad cardíaca, fortalece el sistema inmunológico y transforma las proteínas y grasas en energía”, destacó el consejero.
Tanto ésta como otras especies similares “aportan enormes beneficios para el medio ambiente, ya que ayudan a la descomposición de la materia orgánica, además de utilizarse como producto alimenticio; por lo que se considera una potencial herramienta de desarrollo sostenible”, continuó del Amor.