Los reyes han presidido este jueves el inicio de la puesta a flote del nuevo submarino de la Armada, el S-81 Isaac Peral, en los astilleros de Navantia en Cartagena, en la que han estado acompañados por sus hijas, Leonor, princesa de Asturias y madrina del bautizo del sumergible, y la infanta Sofía.
A los monarcas les han acompañado el presidente de la Comunidad, Fernando López Miras, el delegado del Gobierno, José Vélez y el presidente de la Asamblea Regional, Alberto Castillo, así como la alcaldesa de Cartagena, Ana Belén Castejón, entre otras autoridades.
Ha sido precisamente la princesa de Asturias, madrina del batiscafo, la encargada de su 'bautizo' con una botella de vino seleccionada especialmente por la Armada para la ocasión. Leonor, acompañada de su padre, ha cortado la cinta con la bandera de España a la que estaba sujeta la botella, que inmediatamente ha salido despedida y ha impactado contra el casco del submarino para sellar la botadura.
Minutos antes, la princesa Leonor, el rey Felipe VI, la reina Letizia y la infanta Sofía quisieron saludar a los trabajadores de Navantia en el astillero.
El presidente de Navantia, Ricardo Domínguez García-Baquero ha destacado que la construcción del submarino ha supuesto "el mayor reto tecnológico" de la historia de la empresa pública de construcción naval, destacando la complejidad con un ejemplo: "En la construcción de un avión se emplean 50.000 horas; en la de un submarino más de 3.000.000". "Hablamos del submarino convencional (no nuclear) más avanzado del mundo",
La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha querido recordar a las víctimas del coronavirus. También ha dado las gracias a “todos y cada uno de los empleados de Navantia por su trabajo y esfuerzo”, así como a la Armada Española. La ceremonia ha finalizado con el saludo de la Familia Real a la dotación de quilla del S-81.
Los tres submarinos restantes de la serie S-80, el S-82 Narciso Monturiol, el S-83 Cosme García y el S-84 Mateo García de los Reyes, se irán sumando a la flota con una cadencia de uno cada dos años. Defensa invertirá en los cuatro sumergibles casi 4.000 millones de euros.
Este buque diseñado y construido por primera vez en España, de aproximadamente 3.000 toneladas, 80,8 metros de eslora y equipado con innovadoras tecnologías en su interior que le permiten, por ejemplo, estar dos semanas bajo el agua, comenzará a partir de ahora a hacer pruebas en el puerto y en mar abierto para ser entregado en 2023 a la Armada.