El Consejo de Administración de Indra ha elegido por unanimidad al ingeniero industrial Marc Murtra, patrono de la Fundación La Caixa, como presidente no ejecutivo de la compañía y, paralelamente, ha delegado las funciones ejecutivas en otros dos consejeros. Los nombramientos deberán ser aprobados por la Junta de Accionistas, prevista para el 30 de junio.
Murtra, según ha informado este jueves Indra a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), relevará en el cargo a Fernando Abril-Martorell, que sí tenía funciones ejecutivas.
Los dos consejeros delegados elegidos con carácter solidario son Ignacio Mataix y Cristina Ruiz, responsables de las divisiones de Transporte y Defensa y Minsait, respectivamente, quienes, junto con el director general corporativo de la compañía, permitirán "garantizar la continuidad de la gestión al máximo nivel". El objetivo es que se ejecute el Plan Estratégico 2021-2023, aprobado por unanimidad por el Consejo de Administración el pasado mes de febrero.
La decisión del Consejo trasciende tres días después de que la Comisión de Nombramientos, Retribuciones y Gobierno Corporativo de Indra se reuniera por primera vez para deliberar sobre el relevo del presidente de la compañía tecnológica.
Marc Murtra fue designado consejero por cooptación, con la calificación de otro externo, y posteriormente como presidente no ejecutivo, según la información remitida a la CNMV.
Nacido en Blackburn, Reino Unido, 1972, Murtra fue jefe de gabinete del Ministerio de Industria Comercio y Turismo, en la época de Joan Clos (2006-2011), y también director general de Red.es (2006). Murtra es profesor asociado de Dirección Financiera y Economía Financiera en la Universidad Pompeu Fabra y socio gerente de Closa Investment Bankers (desde 2020).
La SEPI, que tiene el 18,7% de Indra, pidió el relevo del presidente de Indra, Fernando Abril-Martorell, cuyo mandato finalizaba este año, tal como trascendió el pasado viernes y fue comunicado por Indra a la CNMV. El "principal accionista" de Indra ha trasladado su "voluntad de promover un relevo en la presidencia" e iniciar una nueva etapa, según se comunicó.
Fernando Abril-Martorel llevaba en el cargo desde 2015, cuando sustituyó a Javier Monzón, también a propuesta de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).
El Consejo de Administración ha dejado constancia, por unanimidad, de la "valiosa contribución y liderazgo" de Abril-Martorell durante su etapa como presidente, valorando "muy positivamente su gestión y la sustancial transformación operada en la Sociedad".
No obstante, el consejo de administración apunta que el "adecuado desempeño de los cometidos" por parte del primer ejecutivo de la compañía "requiere que en todo momento cuente con la plena confianza de su principal accionista" (la SEPI) debido a su condición de representante del sector público estatal, que es el principal cliente de la Sociedad y sus decisiones tienen un impacto relevante en su negocio.
UNA INDEMNIZACIÓN DE HASTA 6,1 M€
Abril-Martorell podría percibir una indemnización de hasta 6,1 M€ en total, en el caso de que cumpla el pacto de no concurrencia poscontractual por un periodo de un año, que le llevarían a percibir 2,3 M€ el año que viene. En caso contrario, la indemnización sería de unos 3,8 millones.
Esta cuantía proviene de la indemnización por extinción de contrato, que contempla una retribución de un año de anualidad -parte del cual se abonará con cargo al saldo acumulado a su favor en el Plan de Prejubilación y Ahorro a Largo Plazo (PPALP)-. Las fuentes calculan que por este concepto percibirá 3,1 M€.
A esto hay que sumar los 750.000 euros que calculan que le corresponderán por no haberle avisado del despido con 3 meses de antelación. La empresa tiene que retribuirle por estos tres meses.
Esta misma mañana, Abril-Martorell ha comunicado su cese en la presidencia de Indra a través de una misiva, en la que asegura que éste ha sido su "mayor reto profesional" y que "hubiera deseado completar esta etapa y concluir el apasionante desafío de consolidar" el liderazgo de la compañía y convertirla en uno de los grandes grupos europeos.
Indra alcanzó un beneficio neto en el primer trimestre del año de 22,3 M€, un 255,3% más que en el mismo periodo del ejercicio pasado, cuando su resultado fue de 6,3 millones, con lo que ha retornado así a niveles previos a la pandemia.