La directora general del Injuve, María Teresa Pérez, y el politólogo y profesor de la Universidad Carlos III de Madrid Pablo Simón han lamentado este martes que no se apliquen de manera valiente políticas que permitan a los jóvenes avanzar en su ciclo vital pese a que sus problemas son ampliamente conocidos y también las soluciones.
Ambos han participado, junto con la jefa de unidad adjunta para políticas de formación y educación profesional en la dirección general de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión de la Comisión Europea en un debate sobre el futuro de los jóvenes que se celebra este martes y miércoles en Murcia.
En concreto, han tratado de responder a la pregunta de si los jóvenes “viven peor que sus padres”, a lo que Pérez ha respondido que “probablemente sí” si hablamos desde un punto de vista socioeconómico, ya que la tasa actual de desempleo juvenil “es intolerablemente alta” e, incluso, quienes tienen trabajo sufren condiciones “indignas” con jornadas parciales, trabajos temporales y salarios bajos, y envueltos en fenómenos como el del “becario eterno” o el del “trabajador pobre”.
El acceso a la vivienda, ha subrayado María Teresa Pérez, es otro de los grandes problemas para el colectivo, ya que no se ha tomado el mismo como un derecho, y la falta de acceso genera situaciones de frustración, desesperanza e, incluso, problemas de salud mental.
No obstante, Pérez ha lamentado que estos problemas son largamente conocidos y también sus soluciones, por lo que ha tachado de “hipócrita” que la clase política diga estar preocupada por la juventud y no aplique medidas efectivas para mejorar su situación.
En la misma línea, Simón ha lamentado que en España “llevamos más de treinta años hablando de los problemas de los jóvenes”, cuyos problemas y necesidades están perfectamente “diagnosticados”, pero no se aplican medidas efectivas por los “costes políticos” que puedan conllevar, ya que este sector de la población es menos numeroso “y vota menos” que, por ejemplo, los pensionistas.
Actualmente, ha apuntado, los jóvenes no pueden contar ni con el empleo ni con las políticas sociales como “provisores de bienestar”, por lo que solo les queda el apoyo familiar, lo que genera tremendas desigualdades en el colectivo, que es muy heterogéneo y diverso. Por ello, ha asegurado que se rebela a “encapsular las políticas de jóvenes”, cuando lo necesario es “repensar el modelo social” al completo y poner en marcha “un pacto social nuevo”.
En su opinión, una de las situaciones más graves es que los jóvenes no pueden salir de esa situación de “juventud” porque no tienen acceso a empleos de calidad, a la vivienda, a formar una familia, lo que les ancla a una “eterna juventud” en la que “nunca completan los retos” para pasar a otras fases.
En ese sentido, Pérez ha considerado que para que España avance en mejoras para su juventud debe partir de una reforma en el sistema educativo, también el económico, tendiendo a la industrialización de la economía, porque “existen consenso en que estamos en deuda con los jóvenes”, pero no hay el mismo acuerdo en cómo pagar esa deuda.
Por su parte, Ana Carrero ha subrayado el aumento de políticas europeas para mejorar el estado del bienestar de los jóvenes, con nuevas directivas como las que próximamente verán la luz para regular los trabajos en plataformas, la correcta provisión de rentas mínimas o el salario mínimo europeo.
No obstante, ha insistido en que el gran reto de España está en el mercado laboral, con solo un 65% de los jóvenes empleados, frente a la media europea del 72% y muy lejos del objetivo del 78% fijado para 2030.
También el paro juvenil en España (el 38%) dobla la media europea (17%), a lo que se suman otros problemas estructurales como el de la temporalidad o el de la pobreza dentro del empleo.